Pati y Rosita: dos historias aplastantes a la mujer

* La recomendación 12/2014 que atañe a indígena enferma mental, sigue incumplida, precisa Derechos Humanos.
* El presidente de la CEDH pide no sobrevictimizar a Rosita, la joven agraviada a manos de alcalde de San Blas.

09 / Marzo / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

Cuando en agosto del 2012, la adolescente indígena Pati, enferma mental, fue llevada a la cárcel municipal de La Yesca, se argumentó que su estancia sería provisional puesto que supuestamente se buscaba su ubicación en un hospital psiquiátrico, fuera de Nayarit puesto que aquí no hay.

Ya había transcurrido un año y dos meses desde que, entonces de 14 años, se vio involucrada en la muerte de su pequeño hijo, sin embargo el proceso fue suspendido al acreditarse su enfermedad mental.

Aquel mes de agosto, el aparato del Estado se deshizo de Pati. Fernando Sartiaguín Montes, entonces director de la Policía Municipal de la Yesca, recordó que la adolescente fue llevada en una patrulla de la Policía Estatal Preventiva (PEP), cuyo comandante le entregó un documento que explicaba el tratamiento que llevaba. La obtención de la medicina, agrega, corrió a cargo de la entonces presidenta municipal Emelia Villagrana, de profesión enfermera y quien conoce a Pati desde pequeña, en Puente de Camotlán.

Cuando era necesario. La señora Emelia mandaba la medicina por camión. De alguna forma, Pati nos fue diciendo lo que era peligroso para ella: un día arrancó la regadera del baño y nosotros quitamos un tubo para que nada más quedara el agujero por donde sale el agua. Si otra vez quitó celosías del baño, nosotros retiramos todas para que no se fuera a cortar. Una vez la agarramos entre varios policías para sacarle astillas de la boca después de haber quebrado una escoba.

Sartiaguín cuestiona por qué Pati fue llevada a la cárcel de La Yesca, cuando en el Centro de Internamiento y Readaptación Social para Adolescentes (CIRSA), donde permanecía en Tepic, se cuenta con médicos y psicólogos.

A mí me tocó hacerla de todo, encargarme de su manutención. A Pati le gustaban los tacos y las Sabritas, pero se los compraba hasta después de que ella limpiaba el baño, porque a veces ensuciaba las paredes con su popó. Así me las tuve que ingeniar, le llegué a dar de comer en su celda, recordó Sartiaguín, en tanto que la Procuraduría de la Defensa del Menor estatal brilló por su ausencia; jamás una visita o un aviso de posible trasladado a un hospital psiquiátrico.

Fernando Sartiaguín dice que ahora padece de discriminación por edad. Tiene 52 años y no encuentra trabajo como policía.

RECOMENDACIÓN INCUMPLIDA

En febrero del 2014, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) inició una queja por la situación de la indígena y, meses después, dictó una recomendación. Sólo así se obligó a la Procuraduría de la Defensa del Menor estatal a involucrarse en el caso, aunque, nuevamente, la adolescente enferma acreditó que la tenían en el olvido. Y es que, tal y como documentó Relatos Nayarit, fue internada en un centro para alcohólicos y drogadictos en Tepic, de donde se fugó y regresó a La Yesca, y ante la emergencia se le trasladó al centro Marakame.

El viernes seis, Huicot Rivas Álvarez, presidente de la CEDH, explicó que la recomendación 12/2014 del caso Pati sigue incumplida, puesto que aún no se les notifica, oficialmente, que la adolescente reciba atención en un hospital para enfermos mentales.

Rivas Álvarez insistió que el caso Pati debería ser emblemático para la toma de decisiones de las autoridades que, observa, reaccionan hasta después que el enfermo mental participa en un hecho violento, no antes, no en el respeto diario a la dignidad humana.

CASO LAYÍN; NO SOBREVICTIMIZAR A ROSITA

Respecto al caso del presidente municipal de San Blas Hilario Ramírez Villanueva, que el 28 de febrero levantó el vestido a una joven identificada como Rosita, mientras bailaban con música de la banda El Recodo, Huicot Rivas indicó que de oficio fue iniciada una queja, a la que se sumó, de manera oficial, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), por los actos de violencia cometidos por Layín.

Rivas explicó que la CEDH no ha tenido contacto con Rosita o su familia, por lo que exhortó a no sobrevictimizar a la joven, es decir, que si alguna autoridad tiene comunicación con ella, sea a través de personal que entienda el apoyo que ella requiere.

A su vez, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado en el que deplora la conducta del presidente municipal de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva puesto que, agregó, hace víctima a una mujer en su dignidad.

Pero mientras el jueves cinco el Congreso del Estado rechazó con todos sus diputados el actuar de Layín, la situación del alcalde no podría quedar como una anécdota, no con una disculpa, sobre todo si crece un movimiento social que exige su salida como presidente municipal.