EL NIÑO QUE VINO DEL MAR

Por: Olegario Zamudio Quezada

10 / Marzo / 2015

Reza un refrán, Hijo de mi hija, mi nieto será. Hijo de mi hijo en duda estará. Así lo decía mi Tía Josefina, la que vive en Tequila Jalisco. Esta fue la explicación de mi amiga Alma, que fue quien me platicó esto de su Tía, es fácil determinar a la madre cuando ella está pariendo. La dificultad es saber quién es el Padre, sobre todo en pueblos donde hay tanta gente.

En política es igual, siempre es fácil saber quién es la Madre del parido. El problema con tanto político y corrientes políticas, con tanta hipocresía y destreza para incubar el huevo y esconder el nido, que el problema es saber quién es el pagano o el Padre putativo(de imputación) del chamaquito, no el biológico pues. Muy contenta, la Adela Micha presentó a su recién parido chamaco en su programa del canal de las estrellas denominado Las noticias por Adela.

La conductora estaba tan contenta, que hasta tuvo tiempo para aventarse un chistorete del gatito perdido, pero el chamaco como todos los niños crecen y se van a la aventura y se fue, el viento se lo llevó. Este diablo de diantre, se embarcó en los afanes de su vida, en cuyo veleta no llevaba más que su remo y una caja de mangos y como náufrago encalló, justamente en el muelle de San Blas.

Cuando La Loca que allí se encontraba, lo observó con su mirada melancólica, tal como si hurgara el pasado, y como mujer enamorada tuvo la intuición que el sujeto que había desembarcado, no era el marinero que un día le juró que volvería y siguió ahí con su tristeza, su ilusión y su vestido blanco que mordían los cangrejos.
Pero El niño que vino del mar, dormía plácidamente; famoso, porque según la gente del puerto que lo encontró, comentan que por las noches se quita el bigote al dormir para remojarlo, así desamparado, con no más de una jaba de mangos en su haber y cuarenta buenos mancebos de tez morena y de pie grande, le regalaron dinero suficiente como para comprar mirra, incienso y Oro.

Cuando El hombre sabio del muelle los encontró, les cuestionó ¿qué porque tanto regalo a ese mozo? Ellos contestaron, que por haberlo encontrado desamparado en el muelle, sin más capital y una caja de mangos como cuna de tirantes y que para protegerlo en lo que encontraban al Papá y a la Mamá, lo ayudaron.

Qué mal andan, les dijo el sabio a los cuarenta hombres! De todos es sabido que este niño se llama Layín y es huerfanito. El sueño no se le quitaba nunca al chamaco—siguió diciendo el sabio—él siempre sueña con rosas envueltas en papel blanco y la gente se preguntaba. ¿Quién le ayudaba a dormir plácidamente lejos del seno materno? Es decir. ¿De quién es la mano que mece la cuna de este bigotón, y que lo mece con enjundia?.... Ahora con los adelantos científicos, investigarlo será fácil.

Basta con hacerle un examen del ADN a esos cuarenta políticos, para ver con quien coincide su cadena de cromosomas y ver a quien sacó en los gestos y actitudes avasalladoras, el de la cuna de tirantes, el de la caja de mangos, el del bigote atufado.
Otra opción es preguntarle directamente a la Adela Micha como Madre, si el Padre de este chamaco es el Ministro Castañuelas o algún emplumado Corita, ello con la finalidad de saber quién va a pagar los platos que quebró el buen mozo, ese niño que llegó del mar.

Ya lo dijo la Tía Josefina de mi amiga, la maternidad está clara. Aquí el dilema es saber quién de esos cuarenta peregrinos de la bondad y de la misericordia es el Padre de este diablo de diantre. Entonces cuando dilucidemos esto, entenderemos muchas cosas y las calabazas se irán acomodando, nomás poquito, pues.