Estado de los Estados: No se alcanzarán metas de crecimiento en México

Por Lilia Arellano

09 / Abril / 2015

Durante los últimos meses lo hemos dicho en infinidad de ocasiones en estas líneas. Muchos colegas también lo han resaltado en diferentes medios de comunicación a lo largo y ancho del país. Pero debe venir un medio extranjero, esta vez Financial Times, para confirmarlo: las promesas de crecimiento de Peña Nieto se han venido abajo con estruendo. El artículo de la corresponsal Jude Webber destaca lo que hemos señalado una y otra vez en este espacio: un crecimiento nada espectacular –mediocre, para nosotros-, el malestar por el aumento de impuestos en 2014, la producción de petróleo en declive y la perspectiva de recortes al gasto público éste y el siguiente año golpean el estado de ánimo después de las embriagadoras esperanzas de que las ambiciosas reformas del presidente Peña Nieto pondrían a México en una vía rápida hacia la prosperidad.

Las promesas del mexiquense de alcanzar un crecimiento económico de 5 por ciento al término de la actual administración, simple y sencillamente no se cumplirán. El gabinete peñanietista no pudo con el paquete. Pura saliva gastaron –así como millones de pesos en costosas campañas de difusión- al ofrecer un mayor crecimiento y bienestar con las reformas que impulsó al comienzo de su gobierno y que en los hechos sólo se cristalizaron en el despojo de derechos y recursos a la nación mexicana. Ahora ante su ineficiencia e inoperancia interna y un entorno internacional complejo, pide el actual gobierno a la población sacrificios y hacer más con menos, luego de los anuncios de los recortes al gasto en 2015 y 2016, que en conjunto sumarán alrededor de 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), unos 259 mil millones de pesos.

El grupo de tecnócratas encabezados por el virrey Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), simplemente no pudo con el paquete que asumió en diciembre de 2012. La economía apenas creció 1.8 por ciento en promedio anual, una tasa menor incluso a la de los 25 años precedentes, que fue de 2.1 por ciento promedio por año –y sin reformas estructurales-, de acuerdo a los datos oficiales. Por eso ahora sus promesas de que se crecerá más del 3 por ciento este año y el siguiente ya nadie las cree, sólo los sumisos e ignorantes legisladores de la Cámara de Diputados que les aprueban todo. Los analistas económicos privados ponen en duda que existan las bases para alcanzar ese nivel. De hecho todos coinciden en que los cálculos del gobierno están equivocados y que se crecerá menos, si acaso el 3 por ciento este año, como señala la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

El Financial Times destaca en el artículo publicado este martes que la población mexicana se verá obligada a apretarse el cinturón con los recortes presupuestales anunciados por el gobierno de Peña Nieto para este año y el siguiente, como consecuencia de la caída del precio internacional del petróleo. Resalta que nada simboliza mejor el malestar de las personas que el alza en el precio del huevo. Pero no es únicamente este producto, pues en los mercados públicos y centros comerciales de diversos estados del país, algunos de los artículos de la canasta básica mostraron variaciones al alza, como el aguacate, que se comercializó hasta en 40 pesos por kilogramo. A su vez, el kilogramo de tomate saldette se ofreció hasta en 24.22 pesos y en algunas regiones hasta en 35 pesos, el del limón en 18.73 pesos, la bolsa de dos kilos de azúcar en 25.69 y la cebolla en 16.62 pesos, incrementos con lo que quedan fuera del alcance del bolsillo de muchos mexicanos.
El diario británico subraya el malestar de la población por el aumento en los precios de artículos de primera necesidad, que llegaron a aumentar hasta 45 por ciento en los primeros tres meses del año, y explica que esos incrementos ponen de relieve la volatilidad e incertidumbre que nubla el horizonte. Al señalar los reportes oficiales sobre la inflación, que es ligeramente menor al objetivo de 3 por ciento anual fijado por el banco central, y los cuales no reflejan la realidad que padecen las amas de casa en mercados y supermercados, indica que la confianza de los consumidores y de los empresarios respecto de la situación económica va a la baja, lo que añade vientos en contra de la recuperación económica.

Sin embargo, en el gabinete económico persiste un falaz optimismo. Señalan que el panorama esta mejorando y destacan la marcha de la economía de Estados Unidos, que es el destino de cuatro quintas partes de las exportaciones mexicanas. Ponen como ejemplo a los sectores de la industria de fabricación de automóviles y de la construcción que, dicen, están en auge, y también insisten en que las facturas de teléfono y electricidad están bajando, lo que, aseguran, es una prueba de que las reformas ya están dando resultados. También gastan millones de pesos en propaganda para permear estas ideas en la opinión pública de cara a las próximas elecciones de julio, en donde no las tienen todas consigo.

Promesas y expectativas es lo único que ha podido ofrecer Peña Nieto. Pero el no cumplimiento de unas y otras le ha pegado a su índice de popularidad que está en su nivel más bajo desde que inicio su gestión. Las reformas estructurales impuestas en los primeros dos años no están dando los resultados prometidos. No se ven por ningún lado los beneficios que se ofrecieron. No se han detonado los sectores energético, de telecomunicaciones o bancario, ni se ven realmente reducciones en las tarifas de esos servicios. El derrumbe de los precios internacionales del crudo frenó la inversión privada hacia el sector energético que se abrió por primera vez en casi 80 años.

MÁS AJUSTES
Y la terca realidad es que el panorama se complica. Las perspectivas para el crecimiento económico y de la recaudación para el país el año que entra, 2016, corren el riesgo de no materializarse y provocar un ajuste adicional al gasto de ese año, según la opinión de especialistas. La semana pasada, la administración de Peña Nieto anunció un recorte de 135 mil millones de pesos al presupuesto público del próximo año, y dijo que habrá un crecimiento económico de 3.3 a 4.3 por ciento. También estimó una recaudación tributaria de 2.2 billones de pesos, lo que implica una captación 10.2% mayor a la que espera obtener durante 2015.