REDESCUBRIENDO: ¡Vence el Miedo, Ya!

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

22 / Abril / 2015

En esta ocasión escribí sobre el miedo. El miedo se convierte en un obstáculo para seguir nuestro camino en la vida: paraliza. Roosevelt, ex-presidente de los Estados Unidos en un discurso de toma de posesión pronunció una frase histórica: A lo único que debemos temer es al miedo mismo, ese terror irracional, ilógico e injustificado que paraliza los esfuerzos necesarios para convertir el retroceso en avance. El problema es que el miedo nos domina, nos controla y cuando se involucra con otras emociones, la historia puede ser fatal. Cuando se viven tiempos de crisis, la angustia e incertidumbre se agudizan y provocan miedos. Creer que determinadas seguridades son permanentes hace a la persona más vulnerable y propenso al miedo, a esto debemos sumarle los desafíos cotidianos, como el rendimiento en el trabajo o en el estudio. En sentido debemos establecer cuáles son los miedos más comunes y así comprender mejor el cómo resolverlos. Uno de los miedos más comunes es el miedo al rechazo. La persona se rechaza a sí misma, inclusive llega a pensar que su destino es que nadie la estime o la acepte. El miedo al rechazo puede venir de varias experiencias, de tal manera que empezamos a creer que todos nos van a rechazar por alguna razón real o imaginaria. Otro tipo de miedo común es el miedo al fracaso. Hay personas que tienen miedo porque piensan que van a fracasar, lo más probable es que sus padres fueron muy exigentes y a la persona nunca se le permitió fracasar en nada.

Le preguntaron una vez a Thomas A. Edison: Usted ha intentado más de mil veces descubrir el material que servirá como puente en el foco de luz y mil veces ha fracasado, ¿no se desanima?. Edison respondió: Por supuesto que no, ya descubrí más de mil cosas que no sirven para el foco. Necesitamos fracasar a veces para aprender, el fracaso es una experiencia positiva para el que aprende de ello. Queremos evitar el fracaso en todo lo posible; pero también podemos aprender de él. Otro miedo común es el miedo a las circunstancias. Cada pensamiento negativo que tenemos produce una hormona que provoca las reacciones físicas del miedo. ¡Imagínate los efectos que produce en tu cuerpo! Mucha gente siente que lo que no puede controlar le produce miedo, esta emoción negativa produce mucho daño. Todo hecho vivido con angustia queda registrado dentro de nosotros y se activa como un toque de alarma en cada situación que se asemeja. No es la nueva situación la que nos lleva a la inseguridad; sino el recuerdo de otras situaciones que hemos vivido y que no hemos podido resolver. De ahí la necesidad de estar alertas para observar claramente el origen de nuestros miedos, si llegamos a su raíz nos liberamos de ser sus esclavos, tendremos libertad para ser felices. Muchas personas son presas del miedo; miedo a la soledad, al aislamiento, al fracaso, a lo desconocido, al futuro. Todo esto se puede superar mediante la confianza en Dios. El miedo nos encoge, nos debilita, nos paraliza, nos deprime. Nos estresa o nos hace caer en la negligencia y en el desorden del carácter. El miedo nos destruye la estima, y la falta de estima nos produce inseguridad y más miedo. El miedo puede también venir acompañado de culpa, vergüenza, hostilidad y otros sentimientos.

¿CÓMO VENCER LOS MIEDOS? La mayoría de tus temores desaparecen cuando tú tienes la confianza y seguridad en Dios; sin embargo, algunos temores no desaparecen a pesar de esa confianza. Esto se debe a tus recuerdos y traumas del pasado, que han creado inseguridades en tu personalidad e imágenes exageradas y desvirtuadas sobre el hecho del pasado. El temor más destructivo es del que no conoces su procedencia, porque actúa en el fondo de tu corazón. El miedo también puede nacer de imágenes de temor creadas en tu mente y en tus recuerdos ocultos. Para liberarte de esos temores es necesario conocer la raíz que lo produce. La única forma de que un temor desaparezca es ENFRENTARLO. A veces esto se hace difícil porque la persona puede llegar a desconocer la raíz que lo produce. El temor hace a la persona incapaz de enfrentar la vida, le pone grandes obstáculos que producen ansiedad, tensión interna que genera enfermedades. Si tú tienes temor no vas a querer enfrentar los miedos para superarte y cambiar, porque lo desconocido produce temor. Tener un temor específico constante puede desencadenar en que se haga realidad lo que la mente tratará de construir, lo que se tiene presente, los pensamientos. Las reacciones ante el temor pueden ser: tratar de huir, evadirse o paralizarse; sin embargo, debes saber que la solución no es huir; sino ENFRENTARLO. Si la situación está dentro, en tu mente, no importa qué tan lejos huyas, siempre te acompañará, por eso debes enfrentarla. Es muy importante estar decidido a confiar en Dios y en sus promesas en la Sagrada Escritura y no en tus pensamientos negativos que afectan las emociones y sentimientos. Un amigo psiquiatra me dijo que los pacientes que se sanan en su consultorio, la mayoría eran los que confiaban en Dios. ¡Increíble! No dejes que el temor domine tu vida, busca ayuda y consejo. Dios ha prometido estar contigo en cualquier situación que te cause temor, el mundo está lleno de dificultades, ansiedades y temores, pero Jesús dijo: En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. En mí tendréis paz. Evangelio de Juan 16:33. Hasta la próxima. Orientador Familiar y Conferencista. Para consultas y orientación, celular 311 136 89 86. redescubriendo@hotmail.com