LIBRE PENSAMIENTO: ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

JULIO CASILLAS BARAJAS

08 / Mayo / 2015

Se me eriza la piel y me duele cada vez que mis amigos o familia me recuerdan a las personas afines o cercanas que han fallecido o que están enfermas en su lecho de dolor. Sufro al pensar el dolor de sus familias y los duros trances que cruzan en la sociedad cada vez que personas conocidas y estimadas desaparecen de la faz de la tierra al cumplir su ciclo de vida. Recientemente mis estimados amigos José María Narváez y Manuel Varela Vidales.

Afortunadamente este espacio permite que recordemos que en el Día de Muertos los mexicanos se rían de la convenenciera calaca y hagan escarnio del tema con comida, vino, música y folklore. Somos únicos en el mundo para carcajearnos de ese suceso aunque no se pierda el miedo por el destino final; dicho con todo respeto, nos duelen nuestros muertos pero la vida sigue y hay que disfrutar nuestros seres queridos aún en vida. La ley de la existencia.

MAYOR ESPERANZA DE VIDA
Pero mejor vamos a las cifras que nos sirven para ilustrar mejor este comentario.
De acuerdo al INEGI, en el 2014, la esperanza de vida de los mexicanos fue de 74.7 años lo que abre muchas posibilidades para disfrutar lo mejor de esta vida. En el 2012 se registraron 602 mil defunciones y la mayor parte se concentró en edades adultas: seis de cada 10 sucedió en la población de 60 años y más y una de cada cuatro en adultos de 30 a 59 años.

LAS MUJERES DURAN MÁS
Otro dato interesante: fallecen 134.5 hombres por cada cien mujeres, o sea, las mujeres tienen más vida que los varones. En el grupo de 20 a 34 años la sobre mortalidad supera las 300 defunciones masculinas por cada cien mujeres.

Fíjense bien: la diabetes mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón, las del hígado y las cerebrovasculares son las principales causas de muerte de la población y representan
37.2% de las defunciones totales.

En más de ocho décadas la esperanza de vida de los mexicanos aumentó a más del doble. En 1930 se vivía en promedio 35 años, mientras que en 2014, las personas que nacen tienen la esperanza de vivir 74.7 años. Sin duda que e1 aumento en la esperanza de vida es producto de las políticas de salud implementadas en las primeras décadas del siglo pasado: la mayor cobertura en los servicios de salud y el aumento en la implementación de nuevas tecnologías médicas contribuyeron a un cambio en el que las enfermedades infecciosas y

Parasitarias dejaron de ser la principal causa de muerte en la población. En la actualidad, las defunciones son causadas principalmente por padecimientos crónico-degenerativos, lo cual es un síntoma de que la población sobrevive más tiempo, aunque con una cultura de prevención muy restringida hacia su salud, ya que estas enfermedades están asociadas a hábitos y estilos de vida.