Científicos usan perros y drones para combatir hongo del aguacate

21 / Mayo / 2015

Homestead, Estados Unidos. El entrenador suelta a Cobra, que corre por el campo hasta que olfatea un árbol de aguacate y se sienta inmóvil a su lado. La perra es recompensada con un juguete por identificar correctamente un hongo que está haciendo estragos en Estados Unidos.

Para el animal puede ser un juego, pero científicos en Florida (sureste) esperan que un programa que usa perros como Cobra y dronees ayude a mantener a raya al llamado hongo de la marchitez del laurel (Raffaelea lauricola), transmitido a los aguacates por un pequeño escarabajo del tamaño de un grano de arroz.

Es un enfoque multidisciplinario para tratar de contener al devastador hongo que está matando a los aguacates, señaló la profesora de Ciencias Biológicas de la Florida International University, DeEtta Mills, durante una reciente demostración del programa de dronees y perros en una zona de cultivos en Homestead, al suroeste de Miami.
Los científicos describen al hongo como una de las peores amenazas para el aguacate en Florida, donde ya ha provocado la muerte de al menos 6 mil de los árboles de la fruta en el estado, que produce unas 30 mil toneladas anuales.

Pero el terror de las autoridades y los científicos es que el escarabajo ambrosia (Xyleborus glabratus), originario de Asia y por primera vez detectado en Estados Unidos en la década pasada, llegue a California, el principal productor de aguacates de Estados Unidos, o a México, el líder mundial.

Parte del problema es que se está moviendo hacia el oeste por la costa del Golfo de México, dijo Mills.

Ante ese panorama, un grupo interdisciplinario de biólogos, químicos, entrenadores de perros y expertos en dronees puso manos a la obra.

Primero, los científicos despliegan encima de los cultivos un aparato volador no tripulado dotado de cámaras térmicas, que permite reconocer árboles asintomáticos que podrían estar enfermos.

La detección temprana es clave. Cuando los síntomas son apreciables a simple vista, como hojas marchitas, es demasiado tarde: el aguacate muere en unas seis semanas y probablemente para entonces haya infectado a través de las raíces a árboles contiguos, que también deben ser sacrificados.