La primera celebración a la Virgen de Guadalupe

27 / Mayo / 2015

(Segunda Parte)
Pedro Bernal/ Gente y Poder

Tecuala.- El Profesor Manuel Navarrete nos comenta en el libro editado por Hilario Sánchez Arámbula, que en el año de 1831, al conmemorar el tercer centenario de la aparición de la virgen de Guadalupe, los señores Encarnación Manzano, Aniceto Gameros y sus respectivas esposas, acudieron al pueblo de Acaponeta, para bautizar a una niña de seis meses en la cual ellos iban apadrinar a la pequeña, cuando accidentalmente se enteraron que organizaban la celebración a la Guadalupana en ese lugar. Después del bautismo, Encarnación le propuso al señor Cura, que ellos también querían celebrar en Tecuala, el tercer centenario de la aparición de la virgen. El padre emocionado agradeció la invitación y se comprometió asistir y dar misa ese día.

Encarnación y Aniceto, informaron al pueblo que el 12 de Diciembre, vendría el señor Cura de Acaponeta a celebrar misa en Tecuala, toda la comunidad asistió a esperar en la entrada de Tecuala, al Padre D. Ignacio Aguilera, párroco de Acaponeta, quien llego a mediodía, en un calesín, quien inmediatamente entregó al señor Encarnación, un estandarte como obsequio pintado a mano con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, con una leyenda que decía: Congregación Guadalupana de Tecuala.

El señor cura y acompañantes, con Encarnación a su lado portaban el estandarte y toda la gente detrás, cantando desfilaron por todo el camino hasta llegar a la capilla, que se había decorado con flores, y en su entrada estaba escrita una leyenda:

Desde este trono real
Donde tu imagen reluce
Oh, virgen de Guadalupe
Líbranos de todo mal.
Por este acontecimiento, tengo la certeza, de que en cada una de las peregrinaciones que desfilan cada año, para celebrar el día de Nuestra Señora de Guadalupe, en esta ciudad, parecen que desfilan las almas de nuestros antepasados, quienes heredaron a los presentes este fervor de devoción, amor y entusiasmo hacia la Patrona de México.
Concluye Navarrete.

Las peregrinaciones en los años 1890 - 1900, en las que participa activamente don José María Tiznado, del monumento conmemorativo del Centenario de la Santa Iglesia en Tecuala, al poniente de la ciudad en la colonia El Camichín, de ahí partían hacia la Iglesia ubicada en la hoy plazuela donde está la oficina del Registro Civil en el palacio municipal.

Al trasladarse la iglesia a La Lomita, donde se encuentra actualmente, las peregrinaciones se concentraban en la antigua Iglesia, donde casi todo el pueblo y las rancherías cercanas se reunía en ese lugar; don José María Buenrostro, era el promotor principal ya que era muy devoto de la Guadalupana, obsequiaba la comida, bebidas a los cientos de participantes, de caminaban a la nueva Iglesia, con mucha fe y devoción.

En los años 20s el contingente de peregrinos seguían reuniéndose en la Plazuela, alternándose el lugar en las calles Puebla y Zaragoza, en las fincas particulares de los hermanos Moreno (hoy Comisariado Ejidal), José Betancourt, Elías Kichik (Escuela Primaria Leona Vicario).

En el año 1946, con la inauguración del monumento en honor al señor Cura don Miguel Hidalgo, el lugar fue más atractivo y durante 3 décadas fue donde inicia la peregrinación de manera oficial hasta el año 1970, cuando empezaron a solicitar las nuevas colonias y ejidos la participación en los festejos.

Empezaron a utilizarse las carretas, calesines y caballos adornados con flores, con el único propósito de trasladar en el contingente de peregrinos a personas minusválidas, ancianos, enfermos o niños, que alegremente cantaban alabanzas, participaban danzas y obsequiaban ofrendas; en 1929, al aparecer en la escena del pueblo los vehículos automotores, las camionetas se adornaban con flores y palmas, colocaban la imagen de la virgen de Guadalupe en el cofre de la unidad. (TOMADO DE LOS ARCHIVOS DEL CRONISTA DE LA CIUDAD, IGNACIO SANCHEZ BETANCOURT).