LA IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIÓN SOCIAL

César Augusto Topete Torres

01 / Junio / 2015

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
Friedrich Nietzsche

Observemos que, desde nuestra llegada al mundo, estamos inmersos en la colectividad, somos parte de esa Gran Tribu que nos cobija como uno más de su clan. Con el tiempo, vamos creciendo, aprendiendo y desarrollando conocimientos, habilidades, virtudes, miedos y actitudes, todo ese conjunto de rasgos que nos dan por sí mismos una identidad propia ante los demás integrantes de la tribu.

Y el precio que se paga por ser uno mismo en una sociedad en la que todos quieren parecerse entre sí (ya sea consumiendo el mismo producto de moda ó haciendo lo mismo, como por ejemplo ir al gym) para no sentirse discriminados, es alto, pero no lo es demasiado si se le compara con la claridad de conciencia y de conocimiento radical que supone semejante ventaja.

Ser libre es ser crítico y radical. Es decir, responsable de ejercer el propio criterio y de ir a la raíz causal de los problemas, sin las muletas de una escuela, de un grupo, capilla, secta, iglesia, cámara o club. Ser libre implica ser independiente. Y el ser independiente está restringido a unos pocos y no es extensible a las masas, ya sean éstas populares o elitistas.

Pero, pese a ello —y aun contra ello—, nunca pero nunca perdamos de vista que somos parte de un todo y que algunos, para bien o para mal, e incluso con apatía e indiferencia, le damos sentido a ese conglomerado que se llama sociedad. Y por esto todos estamos obligados, queramos o no, a participar socialmente en la ‘Gran Tribu’. Esta actividad la llaman desde tiempos inmemorables: participación social.

Y es que hablar de participación social implica necesariamente remontarse al inicio de la lucha por la libertad, pasando por la conquista de la igualdad social hasta la consolidación de la democracia. Es simple y sencillamente un término que engloba la necesidad de los seres humanos de agruparnos y llevar a cabo acciones concretas, que tengan como objetivo el bien común.

Con la participación social, el individuo se hace consciente de su importancia como pieza clave del engranaje social y se compromete, lo que permite el desarrollo de sus comunidades, y, por ende, de su Estado, y aún más, su país. Y es que es precisamente este involucramiento de la ciudadanía, como eje de acción, lo que ha permitido llevar a cabo movimientos sociales muy diversos a través de la historia, que reclaman situaciones o demandan cambios en varios aspectos como la justicia, la seguridad, la equidad, la paz, y un sinfín de causas.

La luchas que se han encabezado, se desarrollan y se generarán a través de los tiempos, han tenido la finalidad de transformar, y es claro que las demandas que como sociedad realicemos serán siempre mejor atendidas que si actuamos solos, cada uno por su cuenta. Sobre todo en estos tiempos, donde la transformación de nuestro país se ha puesto en marcha con la llegada del Presidente Peña Nieto; estrategias como la Cruzada Nacional Contra el Hambre, implementada y dirigida por la SEDESOL de forma conjunta con las demás dependencias e instancias federales, basan su éxito y efectividad en los resultados, al tener una simbiosis de participación Social con la gente, en beneficio y transformación de su comunidad.

El involucrarse para transformar nuestra localidad, comunidad, municipio, estado o nuestro país, no sólo es de suma importancia, es un ¡Deber Ciudadano!, puesto que el Gobierno, aun con toda la voluntad y la disposición del aparato institucional y burocrático, no alcanza a llegar a todas las localidades, a todas las colonias, a todos los municipios, de forma eficaz, si no es con apoyo de la gente y la participación social, pues es la misma gente la que sabe dónde no ha alcanzado a llegar el gobierno y en dónde le duele a la sociedad en su tejido social.

Por ello es bueno no dejar de lado el tomar conciencia sobre lo que podemos aportar como individuos a nuestro entorno para poder mejorarlo y ser, todos, parte de un cambio. No le dejemos todo al Gobierno, sumémonos y participemos activa y socialmente en la mejora de nuestro país; la transformación está en marcha, seamos cada uno parte activa y factor de Progreso Social.