REDESCUBRIENDO: La Lectura en la Etapa del Bachillerato.

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

18 / Junio / 2015

La etapa de preparatoria o bachillerato es un tiempo vital de educación que ayudará a un estudiante a preparase para un nivel más alto, como lo es la universidad. Ya para la preparatoria, el alumno debe de haber adquirido las capacidades de lectura necesarias; de lo contrario, se deberá buscar la manera de lograrlo. Todos los hábitos adquiridos en el kinder y en la primaria van a ser útiles para el momento en el que tu hijo esté en la preparatoria: el manejo del tiempo, hábitos de estudio efectivos, lectura crítica, tomar notas o subrayar, lectura rápida y de comprensión, entre otras habilidades lectoras. Nuestros adolescentes, cuando llegan a esta etapa sin previo entrenamiento en la lectura, no saben manejar su tiempo, no tienen hábitos al estudiar, no conocen la lectura crítica ni tomar notas; o sea, escoger el corazón de lo que están leyendo para aprender. La lectura rápida y de comprensión les será imposible. Tomemos el ejemplo de dos estudiantes: Juan y Laura; los dos están en segundo de preparatoria, con un coeficiente intelectual similar y sin problemas de aprendizaje. Juan es un gran lector, ya que usa estrategias de lectura dependiendo de lo que está leyendo, hace su tarea en un periodo de tiempo razonable y a veces hasta le sobra para repasar sus notas de la clase, leer materiales suplementarios o lectura de placer. Tiene un vocabulario muy amplio y a veces entiende palabras que aún no conoce, tan sólo por el contexto. Ha sido un lector desde su niñez –esta es la clave– y puede leer bien, en voz alta y en la mente.

Laura es una lectora más callada, le cuesta mucho trabajo leer; lee cada palabra en el texto y a veces tiene que releer los enunciados para poder entender el significado. Después de 5 o 10 minutos, su concentración mengua y sólo se queda viendo el texto; hacer la tarea le toma mucho tiempo y a veces se va a dormir sin terminarla. Laura no conoce ninguna estrategia de lectura y no le gusta leer por placer. Juan y Laura no son casos exagerados, son estudiantes reales que un servidor, personalmente, me he encontrado a lo largo de los años de profesor. Pero, ¿cuál es la diferencia?

La diferencia es que a Laura no se le enseñó a leer desde el kinder y ahora está en la etapa previa a la universidad. Ya entrando, Laura va a enfrentar muchos problemas por sus malos hábitos de estudio; su aprovechamiento en la universidad va a ser un fracaso. Quizá obtendrá su título aniversario, pero carecerá de las habilidades de lecto-comprensión y de escritura eficaz y eficiente para desarrollar mejora su labor. Cuantas personas conocemos que después de haber terminado la universidad tienen terribles faltas de ortografía –para muestra las publicaciones en algunos muros del facebook– o serias deficiencias al momento de comprender el contenido de un libro, por sencillo que sea. Muchos estudiantes no tienen el hábito de estudiar porque en su infancia no lograron desarrollar el hábito de la lectura. Por lo tanto, adquiramos el buen hábito de leer. Hasta la próxima. Conferencista y Terapeuta Familiar. Consultas 311 136 89 86.