Persiste sobrepoblación y el hacinamiento en las cárceles: Huicot Rivas

19 / Junio / 2015

En las visitas de supervisión llevadas a cabo en las cárceles de nuestra entidad por personal de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), se practicaron diversas diligencias y recabaron evidencias sobre las condiciones estructurales de dichos centros de reclusión. Aunado a lo anterior, elaboraron actas circunstanciadas en las que se plasmaron conductas o prácticas violatorias de derechos humanos; las declaraciones emitidas por los servidores públicos encargados de los centros en mención y se solicitaron los documentos oficiales que se relacionaban con los temas abordados dentro de la supervisión.

Del análisis de los hechos y valorados que fueron todos los elementos de prueba y convicción, la CEDH pudo constatar la existencia de violaciones a los Derechos Humanos en diversos aspectos, un punto importante se refiere a la sobrepoblación y hacinamiento que impera en las cárceles de Acaponeta, Del Nayar, San Blas, Tuxpan, Ruiz, Compostela-Las Varas, Ixtlán del Río, Rosamorada, Bahía de Banderas, San Pedro Lagunillas y la estatal Venustiano Carranza.

La sobrepoblación y hacinamiento son causas que de manera general pueden originar, al interior de las cárceles, riñas de toda magnitud, abusos, corrupción que propicia la venta de toda clase de privilegios, que en condiciones normales no serían tales, y, sobre todo, la falta de seguridad. Desde luego, el tráfico interno de drogas se incrementa y su control se dificulta en proporción directa al hacinamiento.
Los factores negativos de sobrepoblación y hacinamiento, deben de ser evitados en todo momento, ya que el hacinamiento contribuye a la violación de todos los derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad y que trae consigo graves problemas de salud, de violencia, de indisciplina, carencia en la prestación de servicios (trabajo, educación, asistencia social, deportes, educación, visita conyugal, servicios médicos, etc.), incluso las porciones de alimentos de cada interno se ven disminuidas.

Igualmente, el hacinamiento cuando sobrepasa el nivel crítico, se convierte en una forma de pena cruel, inhumana y degradante. Cuando las condiciones de vida de los internos en los centros de readaptación social se desarrollan en instalaciones obsoletas, insalubres y sobrepoblados no se cumplen los fines humanitarios de readaptación social, circunstancia que hace que los internos aceleren el proceso de desadaptación social en el que arrastran a personas que nada tienen que hacer en prisión como son sus familiares, lo que tienen como consecuencia la violación de sus derechos fundamentales.

Por este motivo el presidente de la CEDH Huicot Rivas Alvarez, emitió recomendaciones a los presidentes de los ayuntamientos de los municipios mencionados en líneas anteriores, así como al Secretario de Seguridad Publica Estatal.