Caso el Tapanko: Lora, De la Torre y Nungaray en aprietos

* Ninguno de ellos precisa lo que motivó la balacera afuera del centro nocturno; todo hace suponer un incidente a consecuencia de bebidas alcohólicas.
* Si no es reclasificado el delito de tentativa de homicidio, Lora y Nungaray no accederían a una fianza.

24 / Junio / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

El delito de homicidio en grado de tentativa por el que fueron consignados Jonathan Lora y su escolta el policía municipal Alejandro Nungaray López, se encuentra anotado entre los delitos graves que marca el artículo 157 del Código de Procedimientos Penales del Estado.
Se trata de delitos sin derecho a la obtención de una fianza.
Se deduciría entonces que el jueves 25 en que el Juzgado Cuarto Penal resolverá la situación jurídica de Lora y Nungaray, les sería dictado auto de formal prisión y, a menos que sea reclasificado el delito por uno de menor gravedad, no accederían al beneficio de la fianza.

Caso contrario el de César Augusto de la Torre Pérez, agente de la Policía Estatal Preventiva (PEP) que fue consignado por disparo de arma de fuego y ataque peligroso, situación por la que tendría posibilidad de obtener el citado beneficio.
Los tres, se conoce, ratificaron judicialmente sus respectivas declaraciones ministeriales con motivo de un suceso registrado la madrugada del 18 de junio afuera del centro nocturno El Tapanko, por el libramiento carretero.
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Lora, conocido en redes sociales y especialmente a través de Facebook, manifestó que lo mismo trabaja en la oficina de Prensa del Gobierno del Estado de cuatro a siete de la mañana, como en el Ayuntamiento de Tepic de nueve a tres de la tarde.

La madrugada del jueves 18, luego de estar en un bar por Calzada del Ejército, Lora y Nungaray arribaron al Tapanko. El policía precisó que al cumplir tareas de escolta, sólo bebió un refresco, no cerveza.
Aceptando el consumo de bebidas alcohólicas durante horas, el propio Lora indicó en su declaración ministerial que desconoce con precisión qué fue lo que generó el altercado con el policía De la Torre Pérez, al que hace referencia como El Chilango. Se habían saludado afuera del Tapanko.
No sé qué pasó. César Augusto subió a su vehículo y luego lo vio empuñar y accionar una pistola.
Escuché un disparo, pensé que me había disparado, me asusté y corrí. Y ha contado que le gritó a su escolta: dispárale, mátalo, mátalo...

A pregunta expresa, el funcionario indicó que había recibido amenazas a través de Facebook, situación de la que avisó al presidente municipal Leopoldo Domínguez. El director de la Policía Municipal Jorge Berecochea le asignó a Nungaray López como su escolta.
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El policía municipal Alejandro Nungaray tampoco supo precisar lo que detonó el escándalo. Contó que al salir del Tapanko recuperó su pistola de cargo –guardada en el vehículo de Lora- y vio a su jefe platicando con César Augusto, quien también lo saludó. Jonathan le pedía que se fuera a dormir. Pero al abordar su carro, indicó, César casi nos arrolla, por lo que Jonathan se aproximó para decirle algo. Entonces se escuchó una detonación y la orden de Jonathan: tírale, mátalo.

Según el agente municipal, sacó su pistola y disparó, pero a las llantas del vehículo de César Augusto, de quien desconocía que era policía.

Nungaray recordó que durante su estancia en El Tapanko, Lora pidió cubeta y media de cervezas. Las últimas seis cervezas las vaciaron en vasos de unicel puesto que se las llevaría fuera del negocio.
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Por su parte, el elemento de la PEP recordó que aproximadamente a las cinco de la mañana arribó al Tapanko, cuando se encontró con Lora, que lo saludó y le habría preguntado si era chilango: ¿eres puto, verdad?. Le dije que era chilango, pero no puto.
Según César Augusto, Lora siguió molestándolo, por lo que decidió abordar su carro y abandonar el lugar. Fue cuando escuchó la frase de mátalo, mátalo y vio al otro hombre sacar una pistola.
De la Torre aceptó haber tomado su arma y disparar al aire, para luego acelerar su carro. Acto seguido escuchó detonaciones.
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Un empleado del centro nocturno también se refirió a la frase mátalo, mátalo expresada por Lora, añadiendo que el escolta se fue detrás del carro de César Augusto y disparó en varias ocasiones.
Un grupo de agentes de la PEP sometieron a los tres protagonistas y los pusieron a disposición de un agente ministerial.
A la consignación habría sido añadido el video de una cámara del exterior del Tapanko.
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Así, lo que parece un asunto circunstancial, no planeado, donde la influencia de bebidas alcohólicas resulta evidente, mantiene en prisión a los involucrados.

Como ya fue anotado líneas arriba, si el auto de formal prisión es dictado por el delito de tentativa de homicidio, se complicaría que Lora y Nungaray accedan a la fianza.
Esa parte se ha criticado en la consignación; es decir, el por qué el agente de la PEP no fue consignado por similar delito a los otros dos.

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