El caso Chacón: las pistas que Raúl Sandoval fue dejando

* Especialmente los dos días previos al hallazgo del cadáver del maestro jubilado, varias personas tuvieron contacto circunstancial con Sandoval, cuyos testimonios resultaron cruciales para su identificación.

22 / Julio / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

Hace unos cuatro o cinco años, Raúl Sandoval Mora, recluido entonces en la penal federal El Rincón, empezó a enviara cartas a una joven señora de la colonia San Antonio en Tepic. La comunicación había iniciado prácticamente de manera circunstancial.

Luego de varias cartas, ella lo visitó en la cárcel e iniciaron una relación sentimental, que continuó cuando él fue declarado inocente de los cargos de delincuencia organizada, e incluso vivió en casa de ella por un tiempo.
Pero en el 2013, Raúl Sandoval regresó a prisión, ahora por el robo de partes de vehículos, y ahí permaneció hasta hace unos meses. La señora le puso un hasta aquí: él consumía drogas y se resistía a ingresar a un centro de rehabilitación. Le pidió que se fuera de su casa.

Por ello resultó extraño para la señora, que el domingo 12 una empleada de la gasolinería que está por avenida Insurgentes, frente a Burger King, llegara a su casa con la credencial de elector de Raúl y preguntara por éste. Y le explicó: la mañana del martes siete, Sandoval le dejó en garantía su credencial y un celular –al que previamente retiró la memoria-, puesto que al solicitar un servicio de gasolina, la trabajadora le suministró 30 litros al tanque de un automóvil, cuando él había pedido únicamente 30 pesos.
La señora, ex pareja de Raúl, se comprometió a pagar los 400 pesos que restaban de la deuda, recibiendo hasta entonces la credencial y el celular.

En esos días, Sandoval la llamó por teléfono y le pidió perdón. Le habría dicho que participó en cosas graves y que sería buscado por la policía.
La señora le exigió que no la metiera en problemas, ni a su familia, y se deshizo del celular tirándolo a la basura, sin imaginarse que su dueño había sido el maestro jubilado Sergio Javier Chacón López, cuyo cuerpo, descuartizado, fue encontrado la mañana del miércoles ocho en el fraccionamiento Ciudad del Valle, dentro de una maleta y de bolsas de plástico.

LO RECONOCEN
Entre el lunes seis y el martes siete de julio, varias personas buscaron al maestro Chacón en su domicilio de la calle 21 de Marzo en la colonia Menchaca. En su mayoría jubilados, les inquietaba la falta de información por un viaje organizado por Chacón a varios estados del país y por el que ya le habían entregado anticipos.
No lo encontraron, pero al que sí vieron fue a Sandoval Mora, cuya narración ministerial, ratificada ante un juez, indica que sometió al profesor durante la noche del seis de julio, dejándolo inconsciente y atado en una cama, en tanto que lo cortó en partes la noche siguiente, abandonándolo en Ciudad del Valle antes del amanecer del miércoles. Que su enojo fue porque el profesor, con quien mantenía una relación sentimental, no le dio dinero para comprar la droga cristal.

Molestos y creyendo que eran objeto de un fraude con el mencionado viaje, la noche de ese martes, una pareja de adultos arribó a la casa de Chacón con la idea de no irse hasta encontrarlo. Pero se fueron, luego de que Sandoval les informó que el maestro estaba fuera de Tepic y regresaría muy noche, además de que merodeó en torno a ellos, presionándolos para que se retiraran.

Colonias vecinas la Menchaca y la San Antonio, el domingo 12 en que se conoció la identidad de la víctima, policías estatales obtuvieron un dato del desconocido acompañante de Chacón y hasta entonces principal sospechoso del homicidio.

Una persona aseguró saber que antes vivió en la San Antonio, en tanto que algunas gentes que harían el citado viaje, lo reconocieron por la ficha que les mostró la policía, tras la detención en 2013. Esas personas son las que lo vieron los citados lunes seis y martes siete.
El dato fue robustecido al ubicar la casa de la ex pareja de Sandoval y encontrar ahí su credencial de elector y el dicho de la empleada de la gasolinería, que también reconoció el automóvil que aquel manejaba y que pertenecía al ahora occiso.

Iniciada la búsqueda en coordinación con la Fiscalía General de Jalisco, estado natal del sujeto, Sandoval Mora pronto fue detenido y trasladado a Tepic. En la Fiscalía General del Estado, una decena de personas comparecieron a identificarlo: desde su ex pareja, la empleada de la gasolinería, vecinos de Chacón, o bien algunos de quienes harían el referido viaje turístico.

En su declaración preparatoria ante el Juzgado Tercero Penal, Raúl Sandoval aceptó su participación en el homicidio.
Si lo que ahí se lee es cierto, podría deducirse que aunque hace años fue absuelto de delitos de delincuencia organizada, Raúl Sandoval dejó constancia, en el cuerpo de Chacón, de que sí sabe de formas terribles de matar.

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