CON PRECAUCIÓN: Válvulas de escape 2

Por Sergio Mejía Cano

15 / Septiembre / 2015

Obviamente en lo que se refiere a medios de comunicación masiva, lo que hoy se dice son las redes sociales que se difunden por internet, rebasaron en todo a los antes conocidos como tales; y además, aparte de ser más efectivos llegan a más gente y casi al instante. Desde luego que de estas redes mucha se ha servido para injuriar, difamar y calumniar e incluso, hay quienes se pasan invocando el 10 de mayo, aprovechando la mayor de las veces, claro, el supuesto anonimato que brindan estas redes. Supuesto, porque existe la probabilidad de que en dados casos sí se sabe de dónde proceden los mensajes insidiosos.

En realidad, el hecho de que se hable mal de una persona a través de las susodichas redes sociales, más que perjudicarla la beneficia. He ahí el claro ejemplo del exalcalde tepiqueño, don Héctor González Curiel, a quien desde poco antes de que dejara el cargo y después con más ganas, ha sido defenestrado, injuriado, difamado, calumniado y todo lo que termine en ado, ¿y? Al parecer todo lo que se ha dicho respecto al también conocido como el Toro, le hizo lo que el viento a Juárez y algo más: ha sido premiado con una dirección, pero en el buen sentido de la palabra, y no una dirección como la que mucha gente quería y quiere que le den, por supuesto. Otro ejemplo palpable es el del ex dirigente del Partido Verde dizque Ecologista, Arturo Escobar Vega, quien ha sido señalado en las redes prácticamente como un vil delincuente, pues en el año 2009 apareció no nada más en el internet, sino en la mayoría de los medios impresos y algunos televisivos, si no es que en todos, en donde se le acusaba de haber llegado al estado de Chiapas llevando consigo más de un millón de pesos en efectivo; y recientemente se le acusó de delincuente por violar la ley electoral a tal grado, que únicamente su partido fue multado y él, el señor Escobar Vega, premiado con una subsecretaría en la Secretaría de Gobernación.

Esto de querer regular las redes sociales parece ser mucho más complejo de lo que parece, pues si se quiere sancionar a quien aparentemente difame, injurie o calumnie a alguien por ese medio, sería contraproducente, ya que la mayoría de las personas lo único que hace es compartir lo que le llega ya sea a su correo, wasap, facebook, tuiter, etcétera. Por ejemplo, si le llega a alguien un meme denostando a un servidor público y lo comparte porque le gustó, ¿por esto debería ser sancionado? Queda claro que muchos de estos mentados memes se pasan cuando se involucra a la familia de determinado funcionario, pero es lo que menos ocurre. Está también como cuando algún funcionario es tachado como homosexual, hay quienes lo consideran como una ofensa más grave que si lo hubiesen acusado de malversación de fondos públicos.

Ahora bien: La mayor parte de la ciudadanía, de todas las edades al no estar conformes con el actuar de los gobiernos en sus tres niveles: federal, estatal y municipal, de algún modo tiende a manifestar esa inconformidad y, si antes era nomás saliendo a gritar a la calle con el riesgo de ser macaneado, detenido y encarcelado acusado de alterar el orden público, ahora es más fácil para esa mayoría de la población dejar escapar el malestar por sentirse agraviado por determinadas reformas o formas de gobernar y, aunque clame que se aplique el artículo 39 constitucional, viene a ser como clamar en el desierto, así que toda esa tensión generada por el estrés cotidiano y desde luego, por la crisis económica se tiene que dejar escapar de algún modo, y qué mejor que en las dichosas redes sociales que se prestan al menos para que sus familiares lean lo que puso; sin embargo, ¿hará alguna mella a los servidores públicos a quienes van dirigidas constantemente las injurias, calumnias y difamaciones que se vierten en las redes? Es muy probable que no, porque a la mejor ni las ven ni las oyen, solo cuando algún achichincle o quien quiere quedar bien con su jefe le señala lo que salió y le lava el cerebro diciéndole que no debería permitir esos ataques en su contra porque lo ponen más en mal con la población, etcétera.

Y en todo caso, el único remedio efectivo para evitar la difusión en las redes de lo que aparentemente es muy molesto, sería cancelando la señal; porque si aquí se prohibiera y sancionara todo lo que huela a ofensa de cualquier tipo, pero si llega un meme de otra entidad que se refiera a un personaje público de Nayarit, ¿tendría que ir la policía a esa otra entidad a apresar a quien difundió ese meme ofensivo?