NUMINOR: ¡MONT JOIE!

Por Agustín Almanza Aguilar

18 / Septiembre / 2015

Es un tiempo extraño, es raro el viento; frío no hace, ni calor: hay un mal viento. Gente triste ví, rostros sin risas, ni lágrimas, deambulando por doquier, tristes, muy tristes.

Ví a los niños ver, a los viejos oír el viento; al viento caminar el rumbo y a la dama callar. Un raro día nos envolvía y la extraña nube, al posarse en la ruta del césped, gemía.

De rodillas caían muchos, de polvo eran los días, en ése extraño mal viento, viento malo.

El perfil inclinado al Oriente en la musa se acentuó, y la lis habló, en ese extraño día. Cuando el viento malo se iba sonrióme el niño y la niña se iluminó en sus ojos, en aquél raro día.

Viendo pasar la tarde primara, en el viejo juego de sombras y luces, con el calor sonriente, me aburría, como siempre.

Juegos mentales el umbral cruzaban como incendiarias saetas que caían cansadas de volar al mar helado de mi conciencia.

La tarde charlaba consigo misma, entre bostezo y bostezo, mientras la herrumbre del sopor golpeaba mis ideas, en el gozne de aquella vieja puerta.

La tarde sudaba opíparamente, y el pañuelo de su ‘far niente’ escurría gotas de espasmos lleno. Y ronca roncando, el viejo despertó.
La tahona olía a hierba y el pan se hinchaba en su masa y sudor. El horno espetaba lenguas ígneas, las pavesas de la leña apuraban el trabajo, mientras el Ser dormía, ronque que ronque.

Yo veía correr y fluir el tiempo, y el espacio se detenía a cada momento en que yo pensaba en él. Tal dormir fue consiente, sano y seguro, y comenzó, poco a poco, a despertarme.

Todo era calma y paz, mientras el fuego hervía en su portátil horno. Eterno Presente; tiempo sin fin, y yo seguía siendo Yo, durmiendo de nuevo.

Días extraños, enigmáticos tiempos; viento lleno de Fuego: gente eternamente dormida. Sonrisas pétreas en deambulantes materias; luz en los nuevos infantes: esas ‘ciertas miradas’

El anciano despertando del ancestral sueño; viejo juego de la ‘Cosa Doble’ Lámparas en los portátiles templos: la infinita duración del Presente, Divino Don de Dios.

Un nuevo día.
Un nuevo día.
Un grato despertar.
¡Monte Joie!

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