Ricardo Ferrant, cruel y salvaje

* Aunque argumenta que fue amenazado por quienes mataron a una familia, diversas evidencias lo ubican como el principal responsable de los crímenes: al ser detenido, aún traía la credencial de elector de una de las víctimas.

25 / Septiembre / 2015

Por Oscar Verdín Camacho

A Ricardo Ferrant le preguntaron por qué no denunció el asesinato de Martín Barba Gómez, su esposa Blanca Patricia Juárez y de su hijo Juan Pablo, de 10 años, encontrados el domingo 30 de agosto en un rancho de Bahía de Banderas en los límites con Compostela, a pesar de tener conocimiento de ello.

Por temor, respondió.
Le cuestionaron por qué vendió una camioneta en el estado de Guanajuato, propiedad del ahora occiso, a pesar de que fue obtenida ilícitamente.

Respondió: porque no tenía dinero y me quería esconder de las personas que agredieron a don Martín, a su esposa y a Juanito.

Ferrant tenía respuestas para todo.
Argumentó que los documentos de la camioneta, necesarios para su venta, estaban en la guantera. Pero, se le insistió: ¿cómo justificar que, ya detenido, entre sus pertenencias tuviera la credencial de elector del señor Martín Barba?.

Respondió: porque esta identificación estaba en el cenicero del vehículo Mercedes Benz y yo había sacado un portafolio con documentos de don Martín.

Una pregunta más: ¿cómo encendieron los vehículos Mercedes Benz y Silverado?, robados y propiedad de la víctima.
Los encendimos porque los carros ya estaban con las llaves en su switch.

De 32 años de edad, Ferrant ha argumentado que fue amenazado por un grupo de desconocidos que privaron de la vida a la familia, acuchillando a la pareja y –presumiblemente- asfixiando al niño, y que le exigieron llevar los dos vehículos a Guadalajara, indicación que, dijo, acató porque tenía miedo. Él manejaba un carro, y su mamá Patricia Ferrant Ayón el otro.

Pero la versión del sujeto se cae en pedazos y se le atribuye una participación directa y cruel –habría sido quien mató al menor-, y ha sido consignado por la Fiscalía General del Estado (FGE) por el delito de homicidio calificado, al igual que su mamá y su pareja Bárbara Jaqueline Servín, de 20 años.

EL TICKET OLVIDADO
La creencia de que los tres mencionados tendrían relación con los homicidios inició el mismo domingo 30, cuando algunos habitantes de Monteón, municipio de Compostela, reportaron a la policía la coincidente desaparición, puesto que tenían varias semanas ocupando un bungalow de las víctimas, que eran nativas del estado de Jalisco. Martín Barba también compraba y vendía carros.

El lunes 21 durante una conferencia de prensa, el fiscal Édgar Veytia se refirió a un ticket hallado en un vehículo Cherokee, relacionado con los hechos y abandonado en una brecha. Ese ticket ha significado una importante pista que fue llevando hacia los detenidos y para identificar a otros que continúan prófugos.

El ticket, de la farmacia Guadalajara, ubicada en La Peñita de Jaltemba, está a nombre de Bárbara Jaqueline Servín y es prueba del envío de 400 pesos, el día 29 de agosto. En el mismo también fueron anotados un número de celular y el nombre de quien recogería el dinero en Guadalajara, datos cruciales para que se solicitara información a una compañía telefónica respecto al historial del número.

Aquel sábado 29, Ricardo y Bárbara también compraron dos boletos de pasaje en la empresa Primera Plus, en La Peñita de Jaltemba, para igual número de sujetos que abordarían el autobús en Guadalajara. Eran quienes se encargarían de someter a las víctimas. Ahí también se repitió el mismo nombre anotado en el ticket de la farmacia. De hecho, un empleado de Primera Plus les comentó que la persona que abordaría el autobús en Guadalajara debería identificarse con una credencial y coincidir plenamente con el nombre que ellos reportaban.

A diferencia del dicho de Ricardo –que insistió en las amenazas a su persona-, Bárbara confesó que había escuchado decir a su pareja que sólo amarrarían a la familia agraviada, pero que Ricardo después le narró, cometidos los crímenes: no mames, estos pendejos la cagaron, así no era el plan, los picaron por todos lados

Incluso, la muchacha agregó que el sábado 29 intentó dejar el bungalow –me sentía intranquila- argumentando que unos familiares pasarían por ella, pero su suegra le pidió quedarse hasta el lunes.

Bárbara describió que en una camioneta manejada por Ricardo fueron trasladados los cuerpos hasta abandonarlos. A su vez, en la camioneta Cherokee se fueron los otros sujetos, pero la dejaron en una brecha porque aparentemente se quedó sin gasolina. En el interior quedó el referido ticket de la farmacia.
Entre las múltiples versiones en torno a los hechos, consta la de un chofer de grúa que la madrugada de ese domingo fue contratado para mover uno de los vehículos robados hasta Compostela, puesto que se les había ponchado. Ahí repararon la llanta. El operador identificó a los hoy detenidos.

Incluso, la señora Patricia, de 55 años, viajó en la cabina de la grúa, al lado del chofer, hasta Compostela.

Respecto a los hechos, argumentó que ella dormía cuando llegó mi hijo Ricardo Ferrant y me dijo gritando que me levantara, que nos teníamos que ir porque nos habían amenazado

Nada comentó sobre los gritos de los ofendidos, sí escuchados por vecinos que, sin embargo, no avisaron a las autoridades creyendo que se trataba de un pleito de pareja.

ESTABAN EN CELAYA
Dedicados a la venta de zapato y sandalias –lo que permitió a la Fiscalía General entrevistar a otras personas que les compraron producto-, cometidos los crímenes en Monteón, los Ferrant regresaron al estado de Guanajuato. Aparentemente estuvieron en Irapuato y luego se movieron a Celaya. Con base a un convenio de colaboración, la Fiscalía General solicitó el apoyo de autoridades de Guanajuato para localizarlos y ello fue posible el fin de semana pasado, en Celaya.

Según ha sido ventilado, aún faltan por detener otros individuos.
Nacido en el estado de Texas, Estados Unidos, Ricardo Ferrant también se hace llamar Ricardo Garza y/o Ricardo Ferrant Contreras.
Según la indagatoria, debió ser él quien permitió que ingresaran los cómplices al bungalow a altas horas de la noche del sábado 29, pero fingiendo que era golpeado y amenazado.
Recordó que el ingreso de los sujetos se produjo mientras veía la película Duro de Matar 5, en compañía de Martín y su menor hijo.

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