CON PRECAUCIÓN: Gracias por su cooperación

Por Sergio Mejía Cano

02 / Octubre / 2015

Gracias por su cooperación, es una frase muy común que se oye decir en infinidad de películas gringas cuando ya se retira la policía después de haber estado en un hecho delictivo. Y ahora son esas mismas palabras la que posiblemente le haya dicho el gobierno gringo al mexicano por la extradición del señor Edgar Valdez Villarreal, más conocido en el bajo mundo como la Barbie, junto con al menos otros 12 supuestos delincuentes más, ligados al mundo del narcotráfico.

Se entiende que estas extradiciones no hubieran sido posibles de no ser por la sumisión que ha demostrado el gobierno mexicano ante el de los USA, porque no es explicable que el gobierno mexicano dé su brazo a torcer a peticiones del gringo teniéndoles que mandar delincuentes apresados en México y que en algunos casos, sus delitos nada más los han cometido en territorio mexicano y nunca en suelo estadounidense.

Si el pretexto del gobierno gringo para la extradición es porque los ahora extraditados pasaron droga al otro lado, pues que aprese también a los que recibieron la droga de aquel lado y que investigue y calme a su bola de drogadictos que hacen posible que esa economía de mercado –tan aplaudida y aplicable precisamente por los mismos gringos- sea tan próspera.

Si una persona delinque en suelo mexicano y es apresado dentro del país, pues aquí mismo tiene que ser juzgado y en caso de ser encontrado culpable, ser sentenciado y que purgue su condena en el mismo territorio; pero no tiene que ser extraditado a suelo estadounidense si allá jamás cometió delito alguno.

Aunque se dice que la mentada Barbie es ciudadano estadounidense y posiblemente sí tenga cuentas pendientes allá, ha habido casos de mexicanos que sin haber cometido delito alguno en los USA, aun así han sido requeridos por las autoridades gringas para ser juzgados allá; ¿por qué si allá nunca delinquieron? Si introdujeron droga a los Estados Unidos sin pisar ese territorio se supone que delinquen de este lado y no de aquel, entonces ¿por qué son requeridos allá si nada hicieron en suelo gringo? Que están envenenando ciudadanos estadounidenses, bueno, pero no les ponen una pistola en la sien para que se droguen esos gringos locos, sino que lo hacen por puro gusto y convicción; y desde luego que los criminales mayores, es decir, quienes reciben y distribuyen allá esa droga originaria o que transita por suelo mexicano, serían en todo caso a los que las autoridades gringas tendrían que perseguir, investigar y apresar; sin embargo, por lo regular casi siempre son ciudadanos mexicanos los que pagan el pato y no nada más quedando presos en su propio país, sino con la espada de Damocles encima de ellos pendiendo por una extradición a suelo estadounidense, en donde por cierto, muchas de las veces las acusaciones de las autoridades mexicanas caen por tierra por falta de veracidad o mal formuladas, hecho que es aprovechado ampliamente tanto por las mismas corporaciones policíacas gringas como los extraditados convirtiéndolos en testigos protegidos que posiblemente lleguen a cantar algo que no es conveniente ni para las autoridades gringas y menos para las mexicanas.
¿Es una incongruencia el que se extraditen delincuentes que únicamente han violado las leyes mexicanas en puro suelo nacional? Desde luego que sí, porque nadie podrá negar que por ejemplo, si alguno de nuestros hijos le vende drogas y bebidas embriagantes al hijo o hijos del más rico del barrio y cuando éste se da cuenta que llegue a la casa de uno para ordenarle que le entreguemos a nuestro hijo porque está echando a perder al suyo y que por eso él lo tiene que castigar dentro de su propia casa y no nosotros mismos en la nuestra. Como que no va una cosa así, ¿verdad? ¿Cómo le vamos a entregar a nuestro hijo al más rico del barrio nomás porque su hijo le compra drogas y bebidas embriagantes al nuestro? En todo caso, pues que corrija primeramente a su propio hijo y del nuestro nos tendríamos que hacer cargo nosotros y no ese vecino rico que por sentirse más poderoso económicamente, ya se siente con poder para mandar en todo el barrio.

Lo malo de esta sumisión del gobierno mexicano ante el gringo, es que seguirá la carnicería en nuestro propio país mientras allá los ciudadanos gringos adictos seguirán drogándose alegremente; y más ahora que se está abriendo el mercado del zacatito vacilador en gran parte del territorio estadounidense, así sigan siendo perseguidos y acosados los que cultivan la cannabis con el único fin de dar gusto a los gringos.