PALESTRA: ¡2 de octubre no se olvida!

Por Gilberto Cervantes Rivera, poeta de Cucharas

02 / Octubre / 2015

Un dos de octubre, pero de 1968, jóvenes estudiantes realizaron movimientos de protesta, en contra del gobierno autoritario de Gustavo Díaz Ordaz. En la Secretaria de gobernación estaba Luis Echeverría Álvarez, sobre quien pretendieron descargarle la responsabilidad sobre la masacre estudiantil que devino en terrible baño de sangre. El gobierno dijo que ordenó la represión para frenar los intentos expansionistas del bloque socialista, pero finalmente aceptaron el voto de la mujer y que los muchachos sufragaran a partir de los 18 años; el dólar, como en la época porfirista, a doce cincuenta. Lo que sí acabó a partir del 68 es el respeto absoluto a la figura del Presidente de la República, cosa que llegó a extremos ridículos bajo el gobierno de Vicente Fox Quezada.

A partir de ahí, intrascendente la visita de un primer mandatario, cuando antes, era un privilegio para los pueblos, pues dejaba obras y dinero. Tres años después, el 10 de junio de 1971, los llamados Halcones realizaron otra represión criminal en contra de jóvenes que reclamaban diálogo con el gobierno y mayor participación en las grandes decisiones nacionales. En ese tiempo, los jóvenes y los adultos disertaban sobre la guerra de Vietnam, también tocaban con recurrencia el tema del millón de muertos que dejó la revolución del 17 y por regla general, los nombres de José María Morelos, Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero, Hermenegildo Galeana, etcétera, cabían siempre en los diálogos de mesa. Después del gobierno fascistoide de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojoza, quedó encendida la mecha del odio que generó su gobierno, el cual asesinó a placer, a toda una generación de jóvenes que nada tenían que ver con el narcotráfico. Protegido por el imperio norteamericano, Calderón burló el Tribunal Internacional de la Haya, donde tenía que responder por 32 mil demandas por delitos de lesa humanidad.

El 68 tal vez se nos haya olvidado, pero lo que no se debe olvidar es la terrible desesperanza en que viven millones de jóvenes que tras terminar sus estudios, no encuentran trabajo El nombre del regidor Alfredo Arce Montiel se encuentra ya en las brillantes marquesinas de la historia; y eso significa pasar de un lugar de menor valía política, a otro donde la diputación local llega de manera natural gracias al trabajo que viene pitando fuerte desde la época de las luchas estudiantiles. Arce Montiel, de oficio panadero, con lo cual se costeó sus estudios de médico general, no puede dejar para otro tiempo la necesidad que tenemos los ciudadanos, de contar con un legislador sencillo y anti solemne

Adán Zamora Romero, regidor también del PRD, ha madurado tanto que amenaza con caer para arriba. Carga sobre sus lomos un trabajo impresionante de gestoría social, solamente superado por su señor padre Adán Zamora Tovar, quien estuvo a punto de ser presidente municipal de Tepic, de no ser porque Don Emilio le ordenó al PRI que dejara en veremos lo que pudo ser en su momento. Hoy con el argumento de allegarle los votos que ocupa el PRD para ganar espacios, Zamora Romero va desbrozando maleza con el machete de la tolerancia y las posibilidades de llegar sin colgarse de nadie PALESTRAZO: Nayarit Confía, eslogan enarbolado por el senador Cota y que ya circula en cientos de vehículos, trata de ser la diferencia, sin serlo.