Pese a las nuevas leyes Continúan mujeres sufriendo violencia: María Felícitas Parra Becerra

30 / Noviembre / 2015

Por Juan Carlos Ceballos

Tepic.- Al conmemorar un aniversario más del Combate contra la Violencia en las Mujeres, que la ONU fijó para el 25 de noviembre de cada año, la diputada local, María Felícitas Parra Becerra comentó que pese a que hay leyes para defender a la mujer nayarita y mexicana, todavía existe por desgracia, el maltrato y la violencia física y moral de las mujeres, ya sea en el hogar, en la calle, en el trabajo o en la escuela para las niñas.

Ante tal situación, dijo que cierto nivel de instrucción y de actividad de las féminas, no establecen necesariamente un perfil de mujeres violentadas. Sin embargo, estas características permiten identificar tendencias y componentes entre las agredidas. Desde esta perspectiva, los datos de la ENDIREH 2011 señalan grupos con mayor probabilidad de sufrir violencia por parte de su pareja.

Recordó que el nivel educativo de las mujeres no tiene relación directa con el maltrato por parte de su esposo o pareja, es decir, no existe un patrón definido respecto a la escolaridad de las mujeres que sufren violencia, pues ésta surge en parejas de todos los niveles educativos y clases socioeconómicas y todas sufren más de 7 años en volver a su vida normal.

Explicó la legisladora local, que se observa que en el estado de Nayarit, las mujeres con mayor posibilidad de ser violentadas según su nivel de instrucción, son las que tienen educación media superior y superior, 38 de cada 100 de ellas han sido violentadas por su pareja a lo largo de su relación; en cambio, entre las que es menos frecuente que sean agredidas se encuentran las mujeres sin instrucción y las que cuentan con estudios de secundaria; son 6 y 27 de cada 100 respectivamente.

Entre las diversas formas de menoscabo a la dignidad de la mujer que se cometen en el estado, la que se practica con frecuencia, y en la mayoría de las veces impunemente, se da en el contexto de las relaciones de trabajo, tanto de empresas privadas como públicas. Esta violencia consiste en actitudes y comportamientos claramente agresivos, hostiles, humillantes o discriminatorios hacia las mujeres que se desempeñan en el ámbito laboral, que son ejercidos por jefes inmediatos, superiores jerárquicos, compañeros de trabajo y, en ocasiones, hasta por personal que labora bajo el mando de estas mujeres. A este tipo de agresiones se suman las de tipo sexual perpetradas por los mismos agresores. Dichas actitudes constituyen formas de agresión que no sólo deterioran el buen clima del lugar de trabajo, sino que son formas disimuladas de reproducir el sistema patriarcal históricamente construido. Por tal motivo, agregó la legisladora Parra Becerra, la ausencia de oportunidades laborales en algunas regiones del mundo, la discriminación de las mujeres en el trabajo remunerado en la mayoría de ellas y las menores oportunidades de empleo, promoción y salario en todas las sociedades conocidas, sitúan a las mujeres en una posición de desventaja económica que tiene repercusiones muy importantes en toda su vida.

En Nayarit, 19.8 por ciento de las mujeres alguna vez unidas reportan violencia laboral, de las casadas o unidas 19.4 por ciento y 18.1 por ciento nunca unidas. Las condiciones discriminatorias que estipulan numerosas legislaciones sobre propiedad y derechos sucesorios de las mujeres, que hacen mucho más difícil al género femenino que a los hombres acceder a la propiedad y con ello al control de sus propias vidas en la mayoría de las sociedades. Todo ello guarda una relación estrecha con la violencia de género. Finalizó.