CON PRECAUCIÓN: Época navideña deprimente

Por Sergio Mejía Cano

03 / Diciembre / 2015

Por lo regular se dice que el mes de diciembre es en el que mucha gente se deprime más que en otras épocas del año, debido a que el reparto de aguinaldos no todo mundo lo recibe y la mayoría de quienes lo reciben es muy poco en realidad; sin embargo, siempre queda el consuelo de que peor es nada; pero cada año aumenta la cantidad de personas que no reciben un cinco de aguinaldo. Claro que hay quienes jamás lo han recibido, pero los que lo recibieron en algún momento de su vida laboral y activa y ahora no perciben nada de aguinaldo, pues sí que serían tal vez quienes más se entristezcan por esto.

Hay mucha gente a la que se le oprime el corazón que andando en el centro ven con un dejo de tristeza cómo otras personas andan de compras alegremente; pero más congoja les da al observar que hay niños de clase aún más humilde que se le queda viendo a esa gente que entra y sale de las tiendas cargadas de bultos y no las pierden de vista tal vez pensando que a lo mejor uno de esos paquetes sea para ellos.

Pero así como hay gente noble que se entristece por la situación de otra todavía más jodida, también los hay que nomás están esperando la oportunidad de tratar de quitarle a otras personas lo que con sacrificios ahorraron durante todo el año o que siendo afortunados los recompensaron con alguna cantidad de dinero en forma de aguinaldo, sin saber que podrían ser víctimas de malandrines que por cierto, se aprovechan casi siempre de gente de escasos recursos que de la más pudiente.

Cada temporada decembrina en que se viene una cascada de más gastos entre la población, se pone énfasis de parte de las autoridades de que cuiden su aguinaldo o el poco dinerito que hayan podido ahorrar para tener algo para comprar y cenar en familia en las fiestas navideñas; y si bien aquí en Tepic no son muy dados los casos de carteristas, es probable que haya más de uno que venga a trabajar la plaza; pero, tal y como están las cosas hoy en día en cuestión de lana entre la población, ¿habrá alguien que viaje en camión urbano con la cartera llena de billetes? Es posible que no, aunque se podrían dar casos y más en estos días, pero sería algo muy inusual, porque por lo regular si un trabajador recibe cierta cantidad de dinero es de suponer que no se subirá a un camión, sino que tal vez aborde un taxi para sentirse más seguro; claro que siempre y cuando no se ponga de acuerdo con los amigos para ir a echarse unas, porque entonces sí podría llegar sin ni un cinco a su casa. Porque es muy sabido y conocido de cuates que al recibir su raya y aguinaldo en estas fechas se vaya a celebrar con los amigotes y que lleguen en la madrugada o al día siguiente a su casa sin un cinco en la bolsa, y todavía pidiéndole a su doña que le piche una ballena para curársela; se dan casos, cómo de que no.

En algo que recomienda mucho la autoridad es en cuidarse de los llamados paqueros, que son engañadores con el cuento del billete de lotería premiado o con que se encontraron una cartera llena de billetes y supuestamente quieren compartirla con el que está más cerca, o el viejo cuento del recadito para llegar a un domicilio pero quieren compañía porque aparentemente van a entregar una fuerte cantidad de dinero y quieren ayuda y hasta les dan el bulto con el supuesto dinero dándoles instrucciones de cómo guardarlo entre sus ropas por aquello de un asalto, etc.

Sin embargo, esto de los paqueros no nada más se da en temporadas decembrinas, sino que todo el año andan trabajando esta clase de estafadores, en donde por lo regular sus víctimas son precisamente personas que se engañan a sí mismas creyendo que se van a hacer de un dinero fácil, pero como está visto, es todo lo contrario, pues es muy diferente un asalto a mano armada en que el ladrón exige el dinero mediante amenaza de hacer daño físico, a que por medio del interés despoje a otra persona de su dinero, porque aquí la misma víctima del chanchullo es ella misma en sí la culpable por creer en los Santos Reyes. Porque de eso es lo que se aprovechan los estafadores llamados paqueros: de la candidez, de lo incauto de esa gente que se cree el cuento que les dicen y ven la posibilidad de ya fregaron y que dizque para ganar todavía más dinero hasta van a su casa por más dinero.

Y desde luego que están también las personas que son esperadas al salir de un banco y que retiraron una cantidad de dinero más o menos considerable y que quién sabe cómo, los paqueros se enteran y van tras ellas para tratar de estafarlas.