CON PRECAUCIÓN: La misma situación de ciudadanía

Por Sergio Mejía Cano

17 / Diciembre / 2015

Si bien mucha gente piensa que hay pocas posibilidades de que el candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica (USA), Donald Trump se alce con el triunfo, no habría que olvidar que tal y como están las cosas hoy en día en el mundo, todo puede suceder y podría dar la sorpresa; y aunque parezca pura faramalla su despotricado discurso sobre los migrantes, bien podría significar un gran peligro no nada más para nosotros sus vecinos más próximos, sino para el mundo entero.

Su supuesto odio hacia los latinos y más a los mexicanos, ahora míster Donald lo ha enfocado hacia el Estado Islámico y sobre quien profese la religión musulmana, al grado de señalar que en caso de llegar a ser presidente, todos los musulmanes y sirios sobre todo que han llegado últimamente a su país serán expulsados. Desde luego que ya se sabe que un presidente gringo no es en sí el que manda realmente en su país, sino los que están detrás y que son los dueños de las grandes fábricas armamentistas, la Reserva Federal y desde luego todos sus ciudadanos que tienen intereses regados por todo el mundo, a los que les conviene generar constantemente conflictos sociales en las naciones por intervenir tanto económica como militarmente en caso de ser necesario con el pretexto tan cebado de que es para proteger a sus ciudadanos e intereses. Por lo que en caso de que Donald Trump llegara a la Presidencia gringa, sería aprovechado su escaso cerebro analítico por estos grandes potentados de los intereses norteamericanos; y así, seguir desestabilizando países al por mayor. México de por medio por supuesto.

Varios analistas han dicho que no entienden esa incongruencia de Donald sobre los inmigrantes sabiendo que él mismo es descendiente de gente venida allende la mar océano; pero que posiblemente se deba a que no se distinguió por ser un buen estudiante y si a esto se le añade que en el vecino país del norte la historia no se la cuentan a sus ciudadanos tal y como fue el que se haya formado esa gran nación, por aquello de que la historia la hacen los vencedores a su antojo y para justificarse por sus atrocidades cometidas contra los nativos de lo que ahora son los USA, la historia la tergiversaron a su antojo e intenciones, desde luego; y menos les dicen cómo y por qué es tan extenso su país, porque es poco probable que en los libros de historia se diga que se robaron muchos territorios a base del exterminio.

Es muy probable que sin tener que estar en escuelas gringas, se sepa que no se les enseña a sus alumnos de todos su planteles y en todos los niveles, que sus antepasados –inmigrantes todos- masacraron a la mayor parte de los pueblos nativos y que por no tener quiénes trabajaran en las labores más pesadas, tuvieron que importar nativos del continente africano; y tan mal han de estar en sus estudios sobre historia que no se les dice abiertamente quiénes son los verdaderos ciudadanos de los USA, porque los descendientes de anglosajones se creen los verdaderos ciudadanos estadounidenses, es decir, se sienten dueños de ese país nada más quienes son güeros y de ojos claros y en menor medida los italianos, aunque hay analistas que afirman que en realidad los verdaderos dueños son los judíos y no necesariamente de color claro en piel y ojos precisamente.

Pero volviendo al inefable Donald Trump, su estatus en ese país no se diferencia en nada a la de los demás habitantes de los USA, claro que exceptuando a los verdaderos nativos de las naciones que ya existían en esos lares antes de la llegada de los europeos y cuyos sobrevivientes fueron relegados a reservas infrahumanas; por lo que no es explicable que nadie le señale al mentado Donald que está prácticamente en las mismas condiciones de los que no quiere ver ni oír. Que alguien le exigiera el porqué no despotrica en contra de los alemanes, italianos y españoles que en la llamada segunda guerra mundial fueron prácticamente enemigos de los USA, al igual que los nipones; sin embargo, estos últimos sí fueron recluidos en campos de concentración aun los que habían nacido en suelo estadounidense, no así los descendientes de alemanes, italianos y españoles a quienes el gran Donald no toca ni con el pétalo de una rosa, sino solamente a los latinos y ahora los que están más de moda: los sirios y demás musulmanes que, en realidad, ninguna culpa tienen de estar viviendo en tan lamentable situación precisamente generada por los gobiernos gringos franceses y alemanes. Pero en fin. Sea pues. Vale.