CON PRECAUCIÓN: Prohibido llevar familia

Por Sergio Mejía Cano

05 / Enero / 2016

Pues bien, por lo pronto ya terminaron las fiestas decembrinas y para mucha gente queda aún el festejo de la rosca de reyes y la culminación del 2 de febrero con la tamaliza celebrando a la vez el día de La Candelaria. Sin embargo, ojalá y todo haya quedado en puro festejo, pero lo malo es que hubo hogares que se enlutaron debido a infortunados accidentes, sobre todo automovilísticos, principalmente en carretera.

Desde luego que nadie quisiéramos que sucedieran estos hechos que dejan dolor en muchas personas que lo único que esperaban era festejar y nada más; pero está visto que son cosas tal vez inevitables. En el entorno a la capital nayarita se dieron varios accidentes en los que se vieron involucrados vehículos del autotransporte de carga, y lo que llamó más la atención en estos lamentables accidentes fue el hecho de que en dichos autotransportes viajaban familiares de los conductores, cosa que se dice y de acuerdo al reglamento de autotransporte federal está prohibido que viajen a bordo de estos vehículos personas ajenas al servicio y si bien antes se señalaba claramente que también se prohibía que viajasen mujeres, ahora con la modalidad de que el elemento femenino ya maneja también los pesados tráileres, dicha disposición quedó derogada, no así la prohibición de que viajen familias, es decir, la esposa y los hijos del conductor, precisamente por el riesgo que representa por un posible accidente; aunque se podría decir que el riesgo está en todas partes, corren más peligro las familias viajando en transportes de carga y más, si llevan materiales o residuos peligrosos.

Quien recuerde la película de El inocente con la actriz Silvia Pinal y el actor Pedro Infante, en una de las escenas en donde a Silvia, en el papel de Mané, se le descompone su carro en plena carretera, se detiene una troca de carga y ella, al decirles que la lleven, los de la troca le dicen claramente que lo tienen prohibido; y sí, pues al preguntarle esto a personas involucradas en el autotransporte carretero lo confirmaron y ya posteriormente al leer la ley de autotransporte federal se reafirma aún más.

Al comentar con conocidos un reciente accidente en donde el conductor de un tráiler perdió al menos a dos de sus hijos y otros dos resultaron lesionados, no faltó quien dijera que para muchos de los choferes es la única oportunidad de sacar a sus hijos para que conozcan otros lugares por carecer de recursos para llevarlos a disfrutar de unas buenas vacaciones; también hubo alguien que comentó que en su vida activa como trailero, así enseñó a su hijo a manejar los pesados vehículos, aunque ahora ese hijo manejaba autotransportes de pasajeros, pero que era una oportunidad para que se fuera fogueando, llevárselo de viaje en cuanto cumplió 14 años de edad, claro que con el riesgo que esto conlleva y obviamente las mordidas que tuvo que dar cuando descubrían los patrulleros federales a un menor de edad en la cabina; eso comentó un extrailero.

Obviamente que los accidentes automovilísticos en estas fiestas decembrinas no se dieron nada más en las carreteras federales y estatales, sino también en las calles de Tepic en donde de acuerdo a la información de los medios, el causante principal fue el alcohol ingerido aunado a la imprudencia de los conductores de los vehículos que se vieron involucrados en accidentes de menor a mayor, es decir, en donde nada más los daños fueron materiales y los que desgraciadamente hubo sangre de por medio e inclusive hasta de fatales consecuencias; cosa que desde luego es algo prácticamente inevitable por más que se le diga a la gente que no maneje en estado alcoholizado, ya que queda claro que nadie experimenta en cabeza ajena y, por más medidas cautelares se tengan por parte de las autoridades, aun así siguen dándose los lamentables accidentes automovilísticos que muy probablemente antellevaron las famosas frases ya conocidas como esa de yo así manejo mejor, ahí me voy despacito jefa, más borracho me he ido, y un largo etcétera de frases que para muchos fueron sus últimas palabras, infortunadamente; y no nada más para quienes las pronunciaron, sino para sus deudos, para sus familiares que tuvieron que movilizarse de aquí para allá y acullá haciendo los trámites necesarios ya sea para sacarlos del bote o del Semefo o para ingresarlos a un hospital.

Bien dicen los antiguos que por más precavido que sea alguien para manejar, siempre habrá un despistado que lo involucre en un accidente sin deberla ni temerla.