Numinor: EL CADÁVER ‘VIVIENTE’ DEL MONJE CHARBEL

Agustín Almanza Aguilar

09 / Marzo / 2016

Con mi especial respeto y gran estimación, para la Señora Yolanda Chalita, persona culta y amable.

Me encontraba estudiado algo de Teología (FR. Antonio Royo Marín, ‘La Perfección Cristiana’, Ed. BAC, España), sobre el alucinante tema de ‘Los fenómenos Místicos Paranormales’, donde se contemplan –desde el punto de vista católico- eso que llaman ‘Tres Mundos: El Divino, el Diabólico y el Humano’, centrándose en lo que respecta a lo sobrenatural y lo preternatural, es decir, a lo ‘celestial’ y a lo ‘infernal’ (¡uuuyyy! De por sí estamos medio ‘Lorenzos’ y ahora esto, pos), y así, nadando entre las Levitaciones, las Estigmatizaciones, las Dilocaciones, las Hierognosis, las Locuciones, las Sutilezas, las Luces y Resplandores, los Perfumes Sobrenaturales, las Agilidades, las Lágrimas y el Sudor de Sangre, las Inedia, o las Visiones, cuando recordé el caso de la Incorrupción del cadáver de un monje llamado Charbel, y aquí nos frenamos, en medio de este viaje intelectivo, a reflexionar sobre ello. Pero veamos que sabemos del caso.

Nos dice Antonio Las Heras: En las historias de los santos católicos encontramos muchas referencias a que sus cuerpos permanecieron incorruptos después de la muerte, pero ninguna de esas historias muestra elementos tan dramáticos como el caso del gran monje milagroso del Beirut cristiano, el famoso santo Maronita conocido como Charbel.

Su nombre verdadero fue José Makhlouf, quien murió a los 70 años de edad, durante la Nochebuena de 1898, en la ermita del monasterio de San Maron, en el actual Líbano. Se dice que su cadáver continuó exudando una sustancia líquida por años. Su cuerpo fue enterrado, según la usanza del monasterio, envuelto en su sotana y próximo a la iglesia, empero algo comenzó a presagiarse: extrañas señales sobre su tumba, fenómenos lumínicos se observaban por las noches, ello fue por 45 días Cuentan personas que contemplaron el fenómeno que esa luz suspendida sobre la tumba fue, al principio, débil, pero luego aumentando en intensidad hasta deslumbrarlos, para luego desaparecer repentinamente ¡hundiéndose en la tumba! Al final tales sobrenaturales sucesos fueran espaciándose hasta desaparecer por completo.

La curiosidad hizo que se ordenara la exhumación del cadáver, que se hizo, en efecto, un 15 de abril de 1899, contemplándose, por los testigos, un espectáculo inesperado: ¡estaba incorrupto y flotaba sobre el barro! Parecía un durmiente Cuando se procedió a limpiar el cadáver se descubrió que todas sus partes estaban intactas, tiernas, flexibles, la piel fresca, los cabellos sin desprenderse. Sus manos seguían con la cruz sostenida, las tales, lo mismo que el rostro presentaba algo así como un moho blancuzco. Se supo que de un costado brotó sangre y agua mezcladas (¡!).

Se comenzó a mostrar a los feligreses, en un ataúd de cristal, a un costado de la capilla, pero los fenómenos continuaron; se comenzó a ver que le salía sangre de los poros, bueno, un líquido color rojo, lo que obligaba a cambiarlo de ropajes dos veces por semana. Se dijo que era por la humedad recibida Pero la cosa siguió de manera alarmante, al grado tal que se hizo sumamente necesario ya el cambiarlo de hábitos todos los días. Había que tomar una solución definitiva, y los monjes decidieron llevar el cadáver hasta una de las terrazas del monasterio, quitando luego la tapa de cristal del ataúd dejaron que el calor del sol hiciera su labor y secara el asunto por completo, pero ¡Nada de nada! Las exudaciones continuaronY así pasaron 27 largos años.

El 27 de julio de 1927 se le colocó en un ataúd de madera cubierto de zinc, y fué sellado, para que el líquido no pudriera la madera. Se hizo un informe del estado del cuerpo en ese instante, y se llevó hasta la cripta subterránea del monasterio. El fenómeno continuaría, pues se constató que después de 23 años de lapidado, un 25 de febrero de 1950, la humedad invadió el muro del convento, en la cripta, la madera del ataúd estaba podrida y el zinc, el envoltorio, con perforaciones Y el cadáver sin podrirse.

La última vez que se expuso ante la feligresía fue en agosto de 1952 y ya no se ha vuelto a hacer, hasta la fecha. ¿Qué sorpresas habrá de nuevo?

GARAJE: ¿Qué sabe el lector (a) sobre el origen de los lentes?... Nos vemos con este tema la próxima vez (SDQ).

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