CON PRECAUCIÓN: Con hacer alto total y ya

Por Sergio Mejía Cano

15 / Marzo / 2016

Este pasado fin de semana sucedieron dos infortunados accidentes en cruceros públicos a nivel con las vías férreas en el vecino estado de Sinaloa, en donde se vio involucrado nuevamente el tren. Uno en las inmediaciones de El Walamo y Villa Unión y el otro en estación Bamoa, en donde en el primero hubo vidas de por medio y en el segundo puros heridos y desde luego daños materiales en ambos, respectivamente.

Por supuesto que esto volvió a despertar en algunos medios informativos sinaloenses la tragedia ocurrida en diciembre del año pasado, en donde un tren arroyó a un camión de una empresa que llevaba a sus trabajadores a su domicilio en donde se informó que hubo varios de estos trabajadores muertos tras el impacto que fue inevitable; y obviamente, volvió a despertar el recuerdo de la gran tragedia sucedida en 31 de mayo de 1996, aproximadamente a 500 metros de distancia al norte de la estación del ferrocarril, en donde el tren número 1 arrolló un camión del servicio urbano en donde fallecieron al menos 32 personas, jóvenes estudiantes en su mayoría. De ahí que el portal de internet de Noroeste.com haya puesto un encabezado diciendo que Son las vías del tren un riesgo permanente, y más abajo se lee: Señalamiento y reductores de velocidad no logran contener los letales trenazos que lastiman a sinaloenses. Y es aquí donde surge la pregunta: ¿Por qué se dice que las vías del tren son un riesgo permanente? Se entiende que dichas vías férreas tienen más de cien años de que están ahí; sin embargo, en todo caso de que mucha gente se vaya con esta finta de que en verdad las vías del ferrocarril son un riesgo permanente, ¿qué hacer en todo caso? ¿Quitarlas para que ya no se sigan suscitando estos desgraciados accidentes?

Los vehículos que circulan sobre los rieles tienen preferencia de paso sobre los demás vehículos en una intersección o en un crucero público a nivel, lo malo es que mucha gente no toma esto en cuenta y menos de los señalamientos que hay en todos esos cruceros, tales como las palmetas y crucetas que señalan claramente: Alto, pare, vea y oiga; además de las tradicionales de alto, y por supuesto los semáforos que en algunos de estos cruceros se encienden en rojo además de sonar una alarma advirtiendo de la proximidad de un vehículo sobre los rieles; pero en todo caso, también están los reglamentos de tránsito en los tres niveles: federal, estatal y municipal, que señalan claramente que todo conductor de un vehículo automotriz al llegar a una vía férrea debe hacer alto total y no cruzar hasta cerciorarse que no circula ningún vehículo sobre los rieles. Ojo, dice vehículo y no trenes; incluso el reglamento de tránsito federal dice claramente que se debe hacer alto total cinco metros antes de llegar al riel más cercano. Sin embargo, está visto que poca gente hace caso de esto y muchas de las veces se ha visto choferes de vehículos automotrices que a pesar de que el tren ya está muy cerca de llegar al crucero, aún así siguen pasando sobre la vía con el pensamiento quizás, de ganarle el paso al tren y que éste no los entretenga para llegar a su destino. Y lo malo es que muchas de las veces, el destino es un minuto de silencio.

Aquí en la capital nayarita existen varios cruceros públicos a nivel con las vías férreas, en donde afortunada y últimamente no ha habido víctimas fatales que lamentar, sino únicamente y por lo regular daños materiales; sin embargo, cuando sucede algún accidente en donde se ve involucrado el tren, no faltan voces que claman porque se saquen las vías férreas de la ciudad, pero más bien no tanto por los accidentes en sí, sino por lo que entretienen el paso vehicular cuando el tren está encima de uno de estos cruceros y la gente que va en sus vehículos automotrices, tal vez porque se les hace tarde para llegar a sus destinos, comienzan a renegar y a maltratar al tren, siendo que la vía férrea, como en la mayoría, si no es que de todas las ciudades por la que atraviesa el ferrocarril, antes no estorbaban para nada por estar fuera de las zonas urbanas, pero que al crecer las ciudades, las vías fueron quedando encerradas por la mancha urbana, sin que la gente que se fue a vivir al otro lado de la vía, generara conciencia de que más de una vez el tren les iba a estorbar.

Queda claro que los accidentes con los trenes en los cruceros públicos a nivel se pueden evitar siempre y cuando quien conduce un vehículo automotriz hiciera alto total al llegar a una vía férrea. Pero en fin. Sea pues. Vale.