Mil gracias Gladys

* La abogada comenta el éxito de la cirugía recientemente practicada; agradece la aportación de tantas personas para que ello fuera posible.

07 / Abril / 2016

Por Oscar Verdín Camacho


Tres veces le han dicho que ya, que no hay más y que hasta ahí, y tres veces se ha sobrepuesto a todo y Gladys Tiznado ha venido a contarlo.

Invita a una conferencia de prensa para dar las gracias, mil gracias a Dios y mil gracias a tantas personas que hicieron alguna donación económica para que pudiera someterse a una cirugía cerebral sin bisturí, por la expansión del cáncer de mama que enfrenta.

¡Hablé pidiendo auxilio!, indica para referirse a varios medios de comunicación que citaron la urgencia y que llegó lejos a través de las redes sociales.

Y si bien identificó por su nombre a muchos que aportaron, añadió que hay tantos hombres y mujeres que no conoce y que pusieron para sumar de grano en grano, de piedrota en piedrota, expresando así su deseo de contribuir a proteger mi vida. La cirugía fue un éxito, dijo, acompañada por varias integrantes de la asociación Guerreras Unidas, sus hermanas de lucha.

De acuerdo con el doctor Jesús Alejandro Villagómez Méndez, la neurocirugía sin bisturí practicada a Gladys, cuyo costo oscila en 230 mil pesos, no le genera alguna restricción, por lo que deberá continuar con el tratamiento contra el cáncer primario. Una cirugía similar podría realizarse en el paciente una o dos veces más si fuera necesaria.

El encuentro con los medios, en un patio de la Secretaría de Turismo junto al templo La Cruz de Zacate, se realiza al mediodía de este miércoles.

Gladys avanza lento, apoyándose precisamente en el doctor Villagómez.

Una parálisis parcial no impide una broma de sus labios: el chicle, es por la terapia, y completa, riéndose: el perdido va a todas.

Aquí, puntualita, comenta cuando a las 12 del mediodía llega a la cita con los medios de comunicación.

Dos broches en el cabello, una pinta en rosa y morado en los cachetes, y si Gladys ha venido a dar la cara para repetir y repetir su agradecimiento para toda la vida, basta verla para confirmar su entereza, su valor, su fuerza y su todo, sus ganas de moverse aunque tenga que jalar esa pierna y ese brazo que últimamente se han vuelto flojos.

No, Gladys. Ese mil gracias te lo debemos a ti.