VISOR NAYARITA: LOS MUNICIPIOS Y LA AUTONOMÍA FINANCIERA

Por: Lic. Francisco Pérez Gómez

12 / Abril / 2016

Los municipios son el órgano de gobierno más cercano a los ciudadanos, por ello sus resultados impactan de forma directa a la ciudadanía, en lo relativo a su actividad financiera el artículo 115 de nuestra Carta Magna reconoce al municipio, siendo una de sus características su autonomía administrativa y financiera, en este contexto, tal precepto constitucional, le otorga la facultad a los ayuntamientos para administrar los recursos que percibe por conceptos de agua potable, alcantarillado, drenaje, alumbrado público, rastros, panteones, parques y jardines, recolección y traslado de residuos, seguridad pública y tránsito, entre otros, que las Legislaturas les asignen.

Bien, pero la presumible autonomía de la que goza el municipio mexicano sólo le concede libertad de actuar, pero desde un margen financiero restringido. Veamos, de los recursos que manejan los municipios de nuestro país, menos del 30% de sus ingresos totales son propios y el resto proviene de transferencias federales y estatales; dicha situación se puede atribuir a su limitado potencial recaudatorio, reflejo del nulo control sobre las tarifas del impuesto predial, y, en general no cuentan con valores catastrales y base de contribuyentes actualizados. Estas limitadas potestades derivan en bajos niveles de recaudación a nivel local; que se agrava al no realizar generalmente un cobro eficiente de los impuestos, lo cual constituye un freno para su desarrollo económico y social.

La baja productividad de recursos por parte de los gobiernos municipales restringe de manera importante el campo de acción para que éstos contribuyan al desarrollo local, lo que los hace dependientes de las transferencias federales y vulnerables ante la baja de estos recursos. Como ya quedó asentado, los ingresos propios de los ayuntamientos se componen de los impuestos, derechos, productos, aprovechamientos y contribuciones de mejoras, siendo los impuestos los más utilizados para generar recursos, dentro de éstos los de mayor captación lo constituyen, el impuesto predial, y el cobro de derechos es el segundo en importancia ya que ofrece la provisión de agua potable; después están las licencias y permisos de comercio y construcción, aunque la estabilidad de su base recaudatoria es menor, pues dependen de la actividad económica.

En resumen, los municipios dependen del 69% de los ingresos federales que reciben para el financiamiento de sus gastos, lo que debilita de manera importante su estructura financiera. De esta forma las oportunidades de desarrollo autónomo de una gran cantidad de los municipios en nuestro país están muy limitadas, lo cual contribuye a las grandes disparidades económicas y sociales que prevalecen entre las diferentes regiones.

En suma, podemos concluir que, la inequitativa e injusta distribución de los ingresos por parte de la Federación, la pobre recaudación que lleva a cabo los municipios en el ámbito local, la desproporcionada plantilla laboral en las administraciones municipales, así como las altas percepciones de los funcionarios de primer nivel y los regidores, mantienen en constante zozobra la viabilidad financiera de los municipios del país. El municipio demanda de recursos económicas suficientes que le permitan hacer frente a sus múltiples necesidades, sin embargo, legalmente los ayuntamientos carecen de facultades tributarias, ya que las legislaturas locales determinan las contribuciones que los habitantes deberán cubrir a la hacienda municipal, luego entonces ¿qué hacer para que los municipios logren su autonomía financiera?: Por un lado, que los municipios implementen estrategias cuyo objetivo sea aumentar su capacidad recaudatoria y por otro, promover que se legisle para que la distribución de recursos a los municipios se haga en función de sus necesidades particulares y no darse un mismo tratamiento a todos !os municipios, y planear y suscitar políticas públicas que tengan impacto y resultados positivos en la solución de problemas sociales de los municipios. La eficiencia y la eficacia de la función pública municipal deberá manifestarse en la gestión accesible y sencilla para los ciudadanos y en un manejo financiero ético, responsable y transparente del presupuesto, sólo así los ayuntamientos tendrán lograran tener finanzas sanas y la ciudadanía contará con autoridades responsables y contarán con mejores servicios. Al Tiempo.

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