Adormecido celebran audiencia contra policía agresor

* La violencia extrema, brutal, que Adriana Molina sufrió a manos del policía Pedro Cervantes, se enmarca en un patrón de conducta que inició con jaloneos, escándalos, golpes aparentemente mínimos pero que ya no pudo frenar.

05 / Mayo / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

Al fondo del aula de enseñanza A del hospital 1 del Seguro Social en Tepic, fue ubicada una camilla con el policía Pedro Cervantes García. Una cámara de video permaneció apuntando a su cara. Entre aproximadamente las 10 y 10:30 de la mañana de este miércoles, Pedro no se movió para nada, posiblemente adormecido por el medicamento o inconsciente.

A distancia, en la sala de aproximadamente tres por ocho metros y adaptada para la celebración de una audiencia de juicio oral, se le vio con un vendaje en las piernas, un collarín, una bata verde en su cuerpo y una sábana cubriendo entre la cintura y la parte superior de las piernas. De tez morena, su cara siempre hacia arriba, los presentes viendo su perfil izquierdo.

Ante la imposibilidad del traslado a una sala de juicios, el Poder Judicial echó mano de uno de sus equipos especiales, un maletín que cuenta con las herramientas que se requiere en las audiencias: cámaras, micrófonos, computadora y demás.

Cervantes García, un agente que cumplía funciones de escolta en la Fiscalía General del Estado, fue puesto a disposición del juez Rodrigo Benítez Pérez, por su presunta relación con una golpiza a la joven Adriana Molina Vázquez, de 19 años, con quien tuvo un hijo, actualmente de dos años.

El caso ha motivado el expediente 344/2016, inicialmente por el delito de lesiones graves calificadas –Pedro fue turnado al juez a las 11:14 horas del martes-, pero durante la audiencia una agente del Ministerio Público presentó una nueva acta médica para señalar la muerte de Adriana, a las 5:37 de la mañana de este miércoles.

Sin ventilación en la sala, se sentía calor. Además del juez y el detenido, 15 personas se hicieron presentes, entre ellas dos empleadas del Seguro Social. Un policía estatal permaneció de pie en todo momento, vigilando que no se rompiera el orden.

En el caso de la prensa y conforme al nuevo sistema de justicia, el juez pidió a este reportero –único medio de información en el lugar- no hacer uso de grabadoras o cámaras de video y fotográficas. Todos los celulares fueron apagados.

Esa parte de la diligencia se centró en las condiciones físicas de Cervantes, que no respondió a ningún llamado. No dijo su nombre, su edad. Nada. Incluso, un empleado judicial le habló a centímetros de la cara pero no obtuvo resultados. La defensa oficial solicitó la suspensión del procedimiento porque, explicó, Cervantes no está en condiciones de conocer sus derechos o de qué será imputado. Se añadió que no se le ha practicado una operación que necesita.

Por su parte, la representación de la Fiscalía General citó la necesidad de que el juzgado determinara el control de detención, es decir, la validez de la captura durante la mañana del domingo uno de mayo.

Los asesores de la víctima coincidieron en que debía analizarse el aspecto de la detención para no violentar los derechos de la parte agraviada.

Emitidas las posturas y considerando la situación de Cervantes García, el juez Benítez Pérez decretó un receso para que, con excepción del lesionado, la audiencia continuara en una sala de juicios orales, por avenida Tecnológico salida a Guadalajara, pasando el río Mololoa.

Una asesora hizo alusión a un medicamento que recibe el lesionado, a lo que el juez aclaró que él no puede ordenar la suspensión del mismo.

Precisamente en torno a la salud de Cervantes, han trascendido daños que probablemente le impidan volver a caminar. El Seguro Social habría autorizado el traslado al Centro Médico de Occidente, en Guadalajara, para la práctica de una operación, pero la situación jurídica y el fuerte impacto social del caso, habrían abierto la posibilidad de que el personal que se requiere venga del citado Centro Médico. Se pretende evitar cualquier suspicacia si Cervantes sale del estado.

AQUÍ ESTÁ 30-28

A las 12:10 del mediodía, el juez Benítez Pérez reinició la audiencia en una sala especial.

Una agente ministerial precisó que ya contaba con un acta del levantamiento del cuerpo de Adriana Molina, firmada por una médico legista y por personal del Hospital General, en el que se asienta la muerte de la joven a las 5:37 de la mañana de este miércoles, por lo que se modificarían los cargos contra el presunto agresor, ya no por lesiones graves, sino por homicidio calificado.

La fiscal narró el acta firmada por policías de la Guardia Civil sobre los hechos del domingo, dos de los cuales, que patrullaban en la colonia Los Sauces, recibieron el primer reporte de violencia familiar a las 9:10 de la mañana.

Se trasladaron al edificio de departamentos 130 de calle Quililla, esquina con Samaria, en el INFONAVIT Los Fresnos. Llegaron a las 9:18.

La agresión en agravio de Adriana se centra en el departamento 5, en el tercer piso; mientras suben observan manchas rojas que parecen ser sangre en los escalones y paredes del edificio. Ven macetas con plantas derribadas.

La puerta metálica del departamento 5 permanece abierta e igual la puerta principal. Entre una y la otra, en un pasillo de algunos cuatro metros de longitud, hay más manchas rojas.

Tocan en la puerta metálica y se asoma un hombre al que describen como moreno, robusto, de cabello corto, con una playera tipo Polo y un pantalón negro; en el cuerpo y en sus ropas tiene manchas rojas. Y un dato más: esconde su brazo derecho atrás de si mismo.

Le cuestionan y no les da respuesta. Los insulta, les mienta la madre. Aquí 30-28, les dice en clave, percatándose que estaba armado con una pistola. La clave supuestamente se refiere a que todo estaba en calma.

De acuerdo con la narración en la audiencia pública, los agentes solicitan apoyo inmediato. El agresor no salió del departamento 5. Escuchan que corta cartucho. Pronto llegaron otros cuatro policías de la Guardia Civil y se intenta un diálogo. Entonces los policías oyen que son quebrados vidrios dentro del departamento, al mismo tiempo que un niño llora.

Deciden ingresar. Hay un desorden, muebles fuera de lugar, más y más manchas rojas. En un área antes de llegar a las dos recámaras y el baño, encuentran a Adriana, boca arriba y llevando puesta únicamente una blusa. Verifican sus signos vitales. El niño es rescatado.

El sujeto ya se había lanzado por la ventana desde el tercer piso. Al mismo tiempo que solicitan apoyo de ambulancias, continúa el operativo en el patio del departamento donde Pedro Cervantes había caído. Ahí fue sometido. Traía consigo una pistola negra. Les dijo su nombre y que era policía.

Oficialmente, la detención fue realizada a las 9:46 horas y la puesta a disposición ante un agente ministerial, a las 11:40. El martes tres, a las 11:14 de la mañana fue turnado al juez de oralidad.

De esa forma, Benítez Pérez refirió un resumen de los hechos a partir de la intervención de los policías, con lo que decretó la legalidad de la detención.

A continuación, el juez procedió a anunciar la suspensión del procedimiento porque lo que sigue es la imputación directa contra Cervantes, pero para ello debe conocer plenamente su situación.

De acuerdo con el juez, transcurrieron aproximadamente un día, una hora y 15 minutos desde la puesta a disposición, por lo que el término de 72 horas para resolver la situación jurídica de Cervantes quedará suspendida. Es decir, cuando esté en condiciones físicas para enfrentar los cargos, así transcurran días o semanas o meses para ello, se reanudará el término de las 72 horas.

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