REDESCUBRIENDO: ¡Soy Madre, y Trabajo sin Culpa!

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

10 / Mayo / 2016

Contrario a lo que se cree, la sociedad judía considera a la mujer parte fundamental del desarrollo familiar y social. El rol que desempeñó desde tiempos antiguos es admirable. La mujer virtuosa descrita en uno de los textos del Antiguo Testamento, concretamente, en el libro de Proverbios (Capítulo 31 versículo 10 en adelante); se puede considerar en la actualidad: las características de las madres modernas.

Una mamá virtuosa en el contexto judío implicaba una mujer hábil en las cuestiones del hogar, la crianza de los hijos, la sana relación con su esposo y el esmero en trabajar para obtener recursos económicos propios: Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. El autor del texto añade una característica primordial de todo trabajo: el esfuerzo. Dice de la mamá virtuosa que: Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Además de trabajar con esmero y dedicación, la mamá virtuosa es servicial con los miembros de la familia: Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Las labores del hogar aunado a las actividades de un trabajo fuera de casa son demasiado agotadoras, es de entender que una mamá así cuente con algunas colaboradoras que le ayuden en las labores domésticas. Recordemos que en ese tiempo (800 aprox. a. de Cristo) no existían guarderías, por lo cual, las madres judías contrataban personal doméstico para apoyarse y no para delegar sus responsabilidades, en este caso, la mamá virtuosa seguía siendo responsable de su casa y se apoyaba en sus auxiliares. Así, evitaba el estrés laboral. Dichas auxiliares eran escogidas con un perfil mínimo de virtud, similar al descrito por el texto. Las madres virtuosas no tenían dificultad en encontrar auxiliares para la ayuda doméstica, era común encontrarlas. Solteras jóvenes, viudas y casadas tenían las características descritas en el texto. La mamá virtuosa era emprendedora en los negocios, practicaba la compra-venta, principio básico del crecimiento económico: Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Además, practica hábitos fundamentales para el crecimiento empresarial: Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Tenía su propia empresa: Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. La última frase se refiere al trabajo arduo, no sólo laboraba de día, sino en muchas ocasiones también en las noches, por eso su lámpara se veía prendida. Su esfuerzo, no sólo lo aplicaba para el trabajo cotidiano fuera del hogar, sino también para las labores domésticas: Aplica su mano al huso, y sus manos a la ruaca. El huso y la ruaca, dos objetos circulares y planos usados para trabajar las fibras textiles, eran herramientas cotidianas de trabajo. La mujer virtuosa las usaba para proveer para su familia, para ella misma y para los más pobres. La mujer virtuosa tenía dinero propio, sin embargo, no era egoísta; mucho menos, materialista. En otras palabras, además de ser una mujer piadosa, era una mamá organizada en sus finanzas, sabía administrarse adecuadamente. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso. La vida práctica sin complicaciones era una característica de la mujer virtuosa. Tenía sentido común, sabiduría práctica, comprendía perfectamente las problemáticas de la vida cotidiana. No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Contaba con visión de prevención. Su familia no tenía problemas con el clima, existían las prendas necesarias según los cambios climáticos y, además, en ocasiones, ella elaboraba sus propios vestidos. Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido. El autor del texto vuelve hacer énfasis en la capacidad de organización financiera: Hace telas y vende, y da cintas al mercader. Era precavida y se mantenía físicamente adecuada y cuidaba su salud: Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo porvenir. Otro rasgo fundamental es la prudencia: Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa. Una mamá trabajadora, esforzada, organizada y amante de toda su familia debe tener, sin duda, prudencia al hablar de cualquier tema, al cuestionar o hacer sus críticas hacia su marido y sus hijos. La mujer virtuosa piensa antes de hablar, no habla antes si no sabe las consecuencias de sus comentarios, tiene muy claro que el inadecuado manejo de sus palabras puede originar un sin fin de problemas innecesarios. Además, tiene un alto sentido de comprensión de los demás, cuando se requiere, sus palabras consuelan y es bálsamo en momentos de angustia. No reclama ni echa en cara los errores de los demás sin motivo alguno. Su casa siempre está en orden, en parte, como ya vimos; por sus auxiliares, y en parte por su capacidad de organización. No come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: muchas mujeres hicieron el bien; más tu sobrepasas a todas. Nuevamente encontramos el énfasis en el trabajo, ella no come el pan de balde. Tiene el respeto de sus hijos y de su marido, y además la exaltan. La mamá virtuosa es libre, emprendedora y autónoma en las decisiones que tienen que ver con las finanzas. Es una mamá exitosa en los negocios; pero también en la crianza de sus hijos y la relación matrimonial. Organiza su tiempo para trabajar en los quehaceres domésticos, los negocios, para cocer sus propios atuendos y para alimentar al menesteroso. Duerme poco; sin embargo, descansa perfectamente en el día de reposo (para los judíos el día obligatorio de descanso era los sábados, en ese día no hacían ninguna actividad, era para un descanso absoluto. Hoy descasamos lo domingos). Se agotaba demasiado; pero el reposo semanal de un día completo y la ayuda que le proporcionaban sus ayudantes (criadas), era suficiente para no caer en el síndrome de burnout: el síndrome de la fatiga extrema. Lo anterior, sin duda, son las características de las mamás que dejan huella. ¡Feliz mes de la madre¡ Hasta la próxima. Terapeuta Familiar y Conferencista. Consultas Celular 311 136 89 86. redescubriendo@hotmail.com