CON PRECAUCIÓN> Padres de familia se suman a los profesores

Por Sergio Mejía Cano

30 / Mayo / 2016

El movimiento magisterial se está extendiendo en el país y al parecer el gobierno federal no lo está tomando en cuenta al tratar de minimizar las protestas que si bien no se informan en muchos medios, otra vez las dichosas redes sociales están dando buena cuenta de ello. El estado de Chiapas ha sido el detonante para que otras entidades tomaran su ejemplo, sobre todo Oaxaca, Guerrero y Michoacán; sin embargo, de acuerdo al periódico La Jornada en su edición digital de este pasado viernes 27 de mayo, se informa que otros seis estados se han sumado a la protesta de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE).

Lo malo es que ya por ejemplo en varias partes del país no son nada más los profesores quienes protestan en contra de la llamada reforma educativa, sino que se han agregado padres de familia y alumnos, así como organizaciones campesinas; y si sigue sin que se les haga caso de la parte gubernamental, es posible que se sumen a las marchas organizaciones obreras y ciudadanos preocupados que al ver que no se resuelve la situación, esto podría degenerar en algo muy caótico para la Nación.

Desde luego que hay ciudadanos inconformes con las marchas magisteriales que en muchos de los casos les interrumpen el paso en calles, avenidas, carreteras y autopistas; y también hay cierta pare de la población que se deja llevar por las supuestas prebendas que se dice, defienden los profesores, tales como altos salarios, facultad de heredar sus bases a sus descendientes, pocas horas y días de servicio, vacaciones más que ninguna otra clase trabajadora en el país, etcétera; sin embargo, hay profesores muy comprometidos con su vocación y cuyos salarios no se comparan en nada con los que ganan los que gozan de comisiones gremiales o que han sido favorecidos con puestos políticos. Pero todo esto que se dice goza el gremio magisterial, son conquistas laborales que de una u otra forma las ganaron hace muchos años, y que si de haber sido erróneas esas peticiones que después se hicieron realidad, los gobiernos de entonces no las hubiesen aprobado en ninguna forma; sin embargo, ahí están esas conquistas laborales por las que ahora luchan los integrantes de la CNTE.

Pero hoy en día ya no nada más protesta el magisterio en contra de la reforma educativa que en ninguna de sus partes contempla planes de estudios que ayuden a engrandecer el conocimiento de las nuevas generaciones, sino que la inconformidad ahora está centrada en contra de la actuación tanto del gobierno federal, así como del estatal y municipal de los estados en conflicto, debido a la represión que han sufrido cotidianamente los profesores y ciudadanos haciendo prevalecer la violencia en vez del diálogo y la negociación.

El gobierno federal se ha montado en su macho diciendo abiertamente que la reforma educativa no tiene marcha atrás, y la CNTE se aferra a que se deroguen varias disposiciones de la misma, así como que se le añadan los acuerdos tomados entre legisladores y profesores antes de haber sido aprobada dicha reforma, pero que a la hora de ser aprobada nada de lo que se había platicado fue puesto en la iniciativa. Y he aquí una de las cuestiones que gran parte de la población se pregunta: ¿por qué en una reforma educativa no se involucró a profesores que veían puntos malos en la reforma? Es como si para reparar un motor mecánico llamaran cocineros que ningún conocimiento tengan de mecánica ni de motores. Así que para haber hecho esa reforma educativa tuvieron que haber convocado a profesores de todas las ideologías para que aportaran ideas para hacer avanzar la enseñanza y conocimientos para bien de las nuevas generaciones y por ende para el país; pero no fue así, ya que en vez de ser una reforma educativa salió un bodrio laboral para afectar más a la clase magisterial en sus prestaciones que para engrandecer los planes de estudio y los cuadros básicos de educación, ¿y por qué se dio esto? Porque no hubo maestros comprometidos con la enseñanza en sí, sino con sus propios intereses. Hasta el mismo secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, reconoció que dicha reforma era más laboral que educativa, ¿entonces?

Hoy ya hay profesores que están trabajando por contratos de 30 días, tal vez con el fin de que no generen derechos de antigüedad; y existe la posibilidad de que para cubrir las plazas de los despedidos –ilegalmente- los profesores ya jubilados suplan a los ausentes. Despidos ilegales porque se entiende que ninguna ley es retroactiva.