Jueves de Corpus Christi en la Parroquia de San Juan Bautista

30 / Mayo / 2016

Por Ángel Carbajal Aguilar

El pasado 26 de mayo se celebró la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo Corpus Christi, festividad que tiene como objetivo recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. Esta fiesta nació como una prolongación del Jueves Santo, y cuyo fin es tributar un culto público y solemne de adoración, de amor y gratitud a Jesús presente en la Eucaristía, por ese regalo maravilloso que nos dio en la Última Cena, cuando quiso quedarse con nosotros para siempre en el sacramento del altar.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.

La Iglesia entera quiere honrar solemnemente y tributar un especial culto de adoración a Jesucristo, realmente presente en la Eucaristía, memorial de su pasión, muerte y resurrección por amor a nosotros, banquete sacrifical y alimento de vida eterna. Desde aquel primer Jueves Santo, cada misa que celebra el sacerdote en cualquier rincón de la Tierra tiene un valor redentor.

No sólo recordamos la Pascua del Señor, sino que revivimos realmente los misterios sacrosantos de nuestra redención, por amor a nosotros. ¡Gracias a ellos, nosotros podemos tener vida eterna!

En la Parroquia de San Juan Bautista comenzó esta celebración con la Santa Misa concelebrada por el Párroco, Mons. Jorge Arturo Mejía Flores y el Vicario, Pbro. Cristian Alejandro Conchas Mayorquín. Terminada la celebración de la Santa Misa, se inició una solemne procesión con el Santísimo Sacramento acompañado por numerosos niños de la catequesis y fieles de la parroquia.

La procesión, que tuvo inicio en el templo parroquial, continuo por las calles de la parroquia hasta llegar a la Colonia Rodríguez Alcaine, donde después de hacer una oración, el Sacerdote dio la bendición con el Santísimo y prosiguió la procesión hasta la Capilla de la Divina Misericordia en la Colonia Obrera y después de un momento de adoración y la bendición con el Santísimo, se continuo hasta llegar de nuevo al templo parroquial.

Esta festividad es la oportunidad para manifestar públicamente la fe en la presencia real de Jesucristo en la Hostia Consagrada y poder decir como los Apóstoles: Señor, creo pero aumenta mi Fe.