Numinor: GOETHE: GENIO DE LA LITERATURA

Ángel Agustín Almanza Aguilar

13 / Julio / 2016

(Segunda Parte)

Ahora veamos una parte de su ‘Fausto’, precisamente el comienzo de la ‘Tragedia’. La presentación de la escena: una estancia gótica, estrecha y de elevada bóveda. Fausto, inquieto, sentado en su sillón delante de un pupitre.

Con ardiente afán, ¡ay!, estudió a fondo la filosofía, jurisprudencia, medicina y también, por mi mal, la teología; y héme aquí ahora, pobre loco, tan sabio como antes. Me titulan maestro, hasta doctor y veo que nada podemos saber. Esto llega casi a consumirme el corazón. Verdad es que soy más entendido que todos esos estultos escritorzuelos y clérigos de misa y olla; no me atormentan escrúpulos ni dudas, no temo al infierno ni al diablo pero, a trueque de eso, me ha sido arrebatada toda clase de goces. No me figuro saber cosa alguna razonable, ni tampoco imagino poder enseñar algo capaz de mejorar y convertir a los hombres. Por otra parte, carezco de bienes y caudal, lo mismo que honores y grandezas mundanas, de suerte que ni un perro quisiera por más tiempo soportar semejante vida. Por esta razón me día a la magia, para ver so mediante la fuerza y la boca del Espíritu, me sería revelado más de un arcano, merced a lo cual no tenga en lo sucesivo necesidad alguna de explicar con fatigas y sudores lo que ignoro yo mismo, y pueda con ello conocer lo que en lo más íntimo mantiene unido al Universo, contemplar toda la fuerza activa y todo germen, no viéndome precisado a hacer más tráfico de huecas palabras ¡Ay de mí! ¿Todavía estoy metido en esta mazmorra? Execrable cuchitril, a través de cuyos pintados vidrios se quiebra mortecina la misma grata luz del cielo. Estrechando por esa balumba de libros roídos por la polilla, cubiertos de polvo, y alrededor de los cuales, llegando hasta lo más alto de la elevada bóveda, se ven pegados rimeros de ahumados papeluchos; cercado por todas partes de redomas y botes; atestado de aparatos e instrumentos; abarrotado de cachivaches, herencia de mis abuelos ¡He aquí tu mundo! ¡Y a eso se llama un mundo!.

Pocos saben que Goethe era muy afecto al estudio de la alquimia, y eso se vé en el ‘Fausto’. Por lo cierto, ¿sabía usted que también el gran Isaac Newton estudió mucho la filosofía hermética y que tenía como libro de cabecera la ‘Introitus Apertus Ad Oclussum Regis Palatium’ de Ireneo Filatelo?