Alarma a la población el diluvio que azotó Santiago y Villa Hidalgo

22 / Julio / 2016

Por José María Castañeda

Santiago Ixcuintla.- Luego de haber estado el pasado miércoles con una temperatura ambiental de aproximadamente 40 grados a la intemperie y 38 grados a la sombra, según el meteorológico, por la tarde noche parece ser que las puertas del cielo se abrieron para que callera un verdadero diluvio acompañado con fuertes ráfagas de viento que se encargaron de derribar árboles al por mayor mayormente al lado sur del poblado.

En el poblado de Villa Hidalgo, no faltaron las personas que al ver caer el torrencial aguacero y ver también como los árboles que por espacio de muchísimos años permanecieron de pie, eran derribados por las fuertes ráfagas de viento cayendo algunos sobre algunos automóviles que se encontraban estacionados ayer acudimos al poblado donde vivió por muchos años el legendario Prieto Crispín, ya que aseguran que el Prieto vio la luz primera en el poblado de Tuxpan, pero que desde muy joven cambio su residencia al Nuevo, como también era conocido Villa Hidalgo.

El aguacero fue de enormes proporciones y mientras que en Amapa también el dios Eolo, y el dios Tláloc, el primero dios del viento y el segundo de la lluvia dejaban sentir su furia luego que en el poblado del Charro de Amapa precisamente el viento derribó árboles que se encontraban a la vera de la carretera allá en Peñas la situación empeoró ya que además del aire y la lluvia también calló granizo, aquí en este tema de Peñitas dicen algunos habitantes del lugar que les pareció simpático ver como el Molaikas, Miguel López Alanís, quien viajaba de Ruiz a Tuxpan, pensando que era el fin del mundo se bajó de inmediato de su motocicleta y se hincó a media carretera para sacar acto seguido un rosario y comenzó a tirar mandobles a diestra y siniestra al aire bajo el argumento que era para cortar la culebra de agua.

Finalmente, para muchos la tormenta fue de enormes beneficios para las tierras de labranza las que estaban más secas que un crudo después de consumir 3 cartones de caguamas, sea por Dios.