Una historia amarga: cuando el padre acecha a la hija

* Dictan auto de vinculación a proceso por el delito de violación equiparada agravada; según narración de una adolescente, desde que era niña sufrió tocamientos de su padre.

27 / Julio / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

Tan delicada la información en la audiencia pública, que el juez César Octavio García Torres pidió a este reportero tener el cuidado en esta nota de no señalar como culpable a un hombre, al que se le imputa un delito de violación equiparada agravada, donde una adolescente agraviada es su hija.

El individuo, por arriba de los 40 años, únicamente será mencionado como El Rimi. No será ubicado el municipio donde ocurrió el hecho.

La semana pasada, al imputado se le decretó la legal detención y, en ampliación del término constitucional, este martes se efectuó una audiencia en que la Fiscalía General del Estado a través de una agente del Ministerio Público, solicitó el auto de vinculación a proceso contra El Rimi, quien, según se explicó, hace unos días se reservó el derecho para declarar sobre los cargos.

Una de las pruebas principales de la agencia ministerial fue la narración de la ofendida, precisando los hechos alrededor de las dos de la madrugada del 18 de julio. Acostada en la cama de su cuarto, su papá llegó con ella. La acarició. La tocó en sus partes íntimas y existió penetración.

La versión abunda que la joven no pudo defenderse, por miedo, vergüenza, porque desde que tenía unos cuatro años padeció que su papá la tocara, advirtiéndole siempre para que no contara nada. Y ello ha influido en su estado de ánimo, de enojo, de ansiedad, depresivo.

Esa noche la mamá de la menor no estaba; permanecía en casa de su abuela.

La fiscal adscrita hizo alusión a un dictamen químico que precisó el hallazgo de líquido seminal en la joven, así como el testimonio de dos varones: el novio de ella, citando que la mañana del día 18 se percató de varios mensajes enviados por la agraviada, entre las 2:44 horas y hasta después de las 3:00 horas, citándole que necesitaba su apoyo. A él contó todo.

Y también está anexada la versión de un hermano de la adolescente. Narró que esa madrugada vio a su papá salir del cuarto de su hermana, y a ésta después dirigiéndose al baño.

Concluida la narración ministerial, que fue respaldada por una asesora de la víctima, el juez concedió el uso de la palabra a la defensa del imputado, a cargo de dos abogados, hombre y mujer. No se citaron argumentos. No hubo debate.

A continuación, el juez procedió a explicar su análisis que, efectivamente, lo llevó a decretar el auto de vinculación a proceso por el delito de violación equiparada agravada.

Una parte central del apunte de García Torres es que en el caso existen causas entendibles por las que la joven no pudo oponerse al acecho del padre, en razón de las anteriores experiencias de tocamiento en sus partes íntimas, desde que era niña. Ese trauma le impidió hablar, resistirse.

Abundó que mientras un padre tiene el deber de velar por el bienestar de su familia, que tengan salud física y mental, que cuenten con educación y una vida libre de violencia, en el caso era el padre quien la lastimaba.

Todo ese entorno desde la infancia, insistió la autoridad judicial, habría generado una conmoción por la que la adolescente no tuvo fuerzas para resistirse. En esta parte también se refirió a la versión del hermano, viendo salir a su padre del cuarto de su hermana en aquella madrugada.

El juez añadió que no encuentra indicio de que la adolescente hubiera declarado contra su padre en base a otras causas.

Dictado el auto de vinculación a proceso por violación equiparada agravada, la fiscal adscrita solicitó un plazo de mes y medio para efectuar una investigación complementaria; la defensa de El Rimi solicitó tres meses para aportar pruebas a su favor. El juez fijó el plazo en tres meses.

Cuantas veces el juez preguntó a El Rimi, éste negó hacer uso de la voz, e igual respondió la mamá de la menor, ubicada en la sala de audiencias en el lado de la agencia ministerial.

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