Cuentan conmigo, dice López Obrador a maestros nayaritas cesados

* De su discurso: puro gobernador mediocre y ladrón ha tenido Nayarit en los últimos tiempos

01 / Agosto / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

¿Puedes escribir un recado para dárselo al amigo?, así habla directo y acto seguido el hombre de 77 años dicta a este reportero: desde diciembre no me pagan el Prospera, nomás me traen vuelta y vuelta. Darío García Robles, de Ruiz, Nayarit.

Con la hoja en mano, el señor Darío esperó el arribo de Andrés Manuel López Obrador para entregársela, en el hotel Nekie, la mañana del sábado 30.

El dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) se detiene con varios de los 43 maestros que recientemente fueron cesados en Nayarit.

Unos tres maestros toman la palabra y lo ponen al tanto de su situación. Cuentan conmigo, cuentan conmigo, responde; les pide que elaboren un proyecto de convenio, como lo han hecho en otros estados del país, y se lo entreguen a Miguel Ángel Navarro Quintero, a quien minutos después presentó, durante un evento con cientos de seguidores, como el promotor de la soberanía en Nayarit.

Ante el micrófono, Navarro le expresó: no es que usted quiera ser presidente. Los mexicanos queremos que usted sea presidente de México.

Entre el gentío, de pie y abrazando a su hijo de un año que se ha dormido, sin un lugar preferente, una joven indígena coincide con las palabras del dos veces candidato a la Presidencia de México.

¡Es el mejor! (), ¡ánimo!, exclama. Se trata de Marina Carrillo Díaz, quien hace dos meses fue distinguida con la medalla Nayarit al Mérito Cultural y Artístico Emilia Ortiz, y quien en el Congreso del Estado pronunció:

Agradezco a mi pueblo por darme mi color de piel, mi lengua.

En el salón del hotel están presentes los integrantes de Juntos por Nayarit que, con porras, pronuncian ¡Navarro, Navarro, Navarro!, mientras que, aparentemente menos, están los seguidores del diputado Pavel Jarero que recientemente renunció al PRD. Y un tercer grupo, siempre fiel a MORENA, vinculado al líder estatal Nayar Mayorquín. Cada cual se disputa la distinción del ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

López Obrador es aplaudido y acompañado con el grito de ¡presidente, presidente, presidente!.

Su discurso se centra en recuperar el petróleo y la energía eléctrica, convertidos en negocio de unos cuantos, dice. ¿Cómo es posible que la gasolina cueste más que en Estados Unidos?, si acá el salario es 10 veces inferior

Habla de acabar con la corrupción, la robadera (), no hace falta aumentar impuestos o endeudar al país puesto que, estima, cada año tan sólo del presupuesto son robados unos 500 mil millones de pesos. Y para no ir lejos, señaló que puro gobernador mediocre y ladrón ha tenido Nayarit en los últimos tiempos.

Si el presidente es corrupto, los gobernadores y los presidentes municipales son corruptos (), la corrupción se da de arriba para abajo (), estamos enfrentando a un grupo de rufianes, acostumbrados a ganar a toda costa, sin escrúpulos, que se aprovechan del hambre de la gente, que compran el voto

Por ello, señaló la importancia de contar en los próximos meses con las 948 secciones electorales que tiene el estado, cada una de ellas con al menos ocho personas, es decir, unos ocho mil ciudadanos.

Si no se hace este trabajo, no se avanza. Hay que ir a los pueblos, los ejidos, las rancherías, las colonias, para tener una estructura.

López Obrador elogió a dos nayaritas: Esteban Baca Calderón y Alejandro Gazcón Mercado.

Desde su lugar, la joven Marina Carrillo pronunciaba un tercer nombre: ¡Lozada, Lozada!.

Sí, Manuel Lozada.