Numinor: Las sabandijas de las cortes

Ángel Agustín Almanza Aguilar

03 / Agosto / 2016

Tal loco era el clásico bufón, una verdadera sabandija de las cortes, un personaje burlesco, gracioso, un payaso chismoso y mitotero, generalmente enano, contrahecho, jorobado, patizambo, grotesco, hocicón, truhán y bellaco, pero que, siempre diciendo cosa extrañas, gozaba de impunidad ante el rey, que se carcajeaba por los deslices donde descubría triquiñuelas y pecadillos de sus súbditos y vecinos feudales. Siempre presente en los comelitones y bacanales del reino, chupando caña, que nada le costaba. Muchos salieron apaleados y hasta fueron asesinados por los ofendidos, pues no siempre decía la verdad; eran malvados.

Se nos cuenta que era una moda tenerlos en los convites desde la época de CARLOMAGNO (814), donde su hijo LUDOVICO PIO, tenía uno, que hacía la vida pesada a los comensales.

CARLOS V, llamado EL SABIO, no tenía solo uno, sino una marabunta de ellos que pululaban en su corte, hablando puras loqueras a cada instante, al grado que su esposa, JUANA DE BORBON, también terminó sus días en plena demencia. En tal corte francesa (1338-1380) hubo noticias de uno, que era inteligente pero mañoso, jorobado, de nombre THEVIEN DE SAINT-LEGIER, mismo que era solicitado por las damas del castillo a las cuales les gustaba y apasionaba sobarle la joroba (no hace falta imaginación para saber qué era eso), disfrutando el enano malévolo de lo mejor cada noche (GUY BRETON, Historias de amor de la Historia de Francia).

En las imágenes del Medievo vemos al bufón clásico, con vestimenta grotesca y abigarrada, como de arlequín o juglar, con capuz de peregrino con orejas puntiagudas y un caduceo a manera de cetro, y se le vé sentados con las piernas cruzadas en EQUIS y disimulando tras su espalda un fuelle voluminoso, al par que otro extraño perifollo, una vejiga en la cintura, a la que llamaban linterna. Conviene recordar, por el significado que se le dio en aquella controvertida época histórica, que en el TAROT es la primera carta y lleva el número CERO.

WILLIAM SHAKESPEARE, en su inmortal tragedia HAMLET, nos menciona a uno, amigo de la infancia de éste príncipe de Dinamarca, llamado YORICK, cuya calavera encontró en un cementerio.

Finalmente: Usted estimado lector(a), ¿nunca ha tenido a su lado a uno de estos Chiminos, animales del demonio, a una sabandija de tal calaña? Abundan, conste.

FINIS TERRAE: Nuestros textos no son escritos para todos, aunque todos están llamados a leerlos. NICOLAS DE GROSPARMY.