Una maestra, la voz del tejuino, tejuino, tejuino heladito

21 / Septiembre / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

Hay breves tonadas que llegan para quedarse: Tejuino, tejuino, tejuino heladito/

llegó el tejuino, tejuino refrescante

La cancioncilla, que muchos seguramente ya identifican, se repite en puestos y en algunas motocicletas con una adaptación especial que ofrecen el tejuino en calles de Tepic y Xalisco.

La voz de la sencilla grabación y la letra corresponden a una maestra que hace unos años vendía tejuino, precisa Miguel Villa El Miki, quien ofrece ese producto y llegó a un acuerdo con la docente para quedarse con la música. Son conocidos de años.

Villa comenta que gracias a esa grabación –que por nada prestaría a otros tejuineros- muchos clientes identifican el tejuino que produce, aunque al iniciar el negocio batalló para posicionarse.

Llegué a tirar muchos litros de tejuino. La gente compraba pero ya no volvía, y uno resiente eso. Me levantaba en la madrugada y empezaba otra vez, hasta que encontré el sabor apropiado. Mi mamá fue la primera que un día me dijo: ‘así está bueno’.

Actualmente El Miki prepara unos 120 litros de tejuino por día, en diferentes horas. Este reportero lo localiza en Xalisco, afuera de un taller donde le hacen la respectiva adaptación a una motocicleta.

Si algún cliente sale con su ollita, hay que darles un pilón, asegura que pide a sus trabajadores.

Pero la tonada pegajosa no siempre es bienvenida: pinche música enfadosa, gritó un día un sujeto desde su casa. Y cuando identifican una situación así, es mejor bajarme al volumen y evitarse problemas.

Algunas de las motocicletas traen una manta en la que se lee Chiquimiki, porque así es conocido uno de los hijos de Miguel Villa. De hecho, dice, hay quienes creen que la voz del niño corresponde a la canción.

Durante unos días se buscó un encuentro con la maestra que canta el tejuino, tejuino, tejuino heladito/llegó el tejuino, tejuino refrescante, pero no aceptó.

Ni hablar. Pero ya la conoceremos.