Una deuda histórica Los Auténticos Coras

28 / Septiembre / 2016

Por Ángel Salas Bernáldez

Jesús María, Nayarit.- Es especular, pero no se sabe si el Deportivo Tepic pudiera haber construido su buena imagen socio-deportiva, si en su nacimiento a fines de los años 50´s no escogieran el nombre de Coras como su bandera dentro y fuera de las canchas.

La historia consigna varios nombres como Deportivo Nayarit, Deportivo Tepic y Uni Nay, pero la afición siempre los admiró, aplaudió y hasta casi los idolatró como Coras.

Sin embargo la relación directa, efectiva y afectiva del equipo con esta etnia nayarita es casi inexistente, un mero simbolismo, pero utilizar ese nombre como mote de guerra les funcionó antes y ahora, constituyéndose en una especie de embajador deportivo dentro y fuera del país.

Pero irremediablemente surge la eterna interrogante, siempre inquietante:

En términos prácticos ¿en qué ha beneficiado -o afectado- a los verdaderos Coras el que el emblemático equipo profesional nayarita haya utilizado a lo largo de una vida este nombre de batalla en el fútbol?

Para saberlo nada mejor que meterse al mismo corazón de la majestuosa Sierra Madre Occidental y averiguarlo.

Subirse de madrugada al autobús en Tepic y luego, desde Ruiz, adentrarse sierra adentro a lo largo de un poco más de cuatro horas sobre una carretera en buen estado pero demasiado sinuosa y solitaria, aunque tranquila gracias a las medidas del Gobierno de la Gente en materia de seguridad pública por medio de Fiscalía.

Un camino de asfalto apenas digno ante el imponente paisaje.

Ver aparecer casi de la nada poblaciones como El Venado, El Zopilote, San Pedro Ixcatán, San Miguel del Zapote, Santa Cruz de Guaibel, El Duraznito y La Cumbre, cruzando puentes como Mal Paso, Linares, Presidio, Pozolillo, Tenamache, y Fraile 1 y 2 sobre el caudaloso río Jesús María de estas fechas.

Agua viva y benefactora que nace en Durango, atraviesa la sierra y desemboca en el río Santiago, donde en su margen derecha se asienta y aferra en la difícil geografía Jesús Maria, cabecera del municipio de El Nayar. A 460 metros de altura sobre el nivel del mar, de ahí su clima caluroso.

Crónicas del pasado dividían y calificaban a sus 10 comunidades en grupos como de pequeña importancia (4) y otras de mayor capacidad como son Jesús María, San Francisco, La Mesa de El Nayar -o del Tonati- y Santa Teresita, cuyos nombres en Cora son Techouiste, Quadjata, Hiaoke y Koraimargusa.

Estas comunidades indígenas se dispersan en una superficie con alturas que van de los 400 a los 2 mil metros, siendo su parte más fría y lluviosa la de los llamados cordones de Santa Gertrudis y San Rafael, con mucha niebla.

LA RELACIÓN

De hecho no existe un acercamiento directo entre los verdaderos coras y el equipo de fútbol profesional. Quienes tienen un mayor radio de acción social y cultural desde luego que tienen referencias del equipo, pero muchas de las personas consultadas se limitan a recordar solamente los nombres de los mundialistas Ramón Ramírez, Marcelino Bernal, Misael Espinosa y, curiosamente, apenas ubican a Raúl Cora Isiordia, quizá debido a que los primeros manejaron mejor su imagen pública.

Los jóvenes, con el uso de las nuevas tecnologías igual sólo mencionan a estos personajes de nuestro fútbol, pero los ancianos más tradicionalistas desconocen siquiera que exista un equipo que lleve su nombre.

Entrevistado en su oficina de la presidencia municipal que encabeza el alcalde Octavio López de la Cruz, el Secretario del ayuntamiento Crispín Carrillo Carrillo dice simplemente que el hecho de que el equipo se conozca como Coras no los beneficia pero tampoco les perjudica.

-Pero uno se siente orgulloso, expresa, para luego señalar que no están de acuerdo con el diseño del escudo del equipo.

-Me gustaría que esto se analizara, que se cambiara la forma del diseño. Para mí es hasta una falta de respeto que se llamen Coras y presenten en su escudo a un huichol, expresa tajante.

Incluso no le ha gustado que antes el equipo saliera con un porrista con el traje tradicional huichol y no el Cora. No es por un distanciamiento pero, aunque emparentadas estas dos etnias son muy diferentes en muchos aspectos, incluida la vestimenta.

Con todo, los huicholes han sido más abiertos a las relaciones externas, sobre todo las comerciales y políticas, en tanto que los Coras son más herméticos en sus usos y costumbres y viven en su propio universo, aunque muchas cosas están cambiando en todos los aspectos.

ESFUERZOS

Definitivamente que la sierra es una zona necesitada de apoyos y los tres niveles de gobierno han trabajado codo a codo buscando paliar la desesperante pobreza ancestral que ahí se respira.

Sentado a un costado de la alcaldía agobiado por el sol de mediodía este reportero observó intenso tráfico de vehículos de dependencias federales como Seguro Popular y el INEA, así como estatales como el CEA y Fiscalía.

La ayuda es permanente. Su hospital asombra por su infraestructura física y servicios médicos.

Otra obra, una que deslumbra, lograda en base a presupuestos federales, estatales y municipales, es la espléndida cancha de fútbol de pasto sintético de última generación que ya se quisiera en otras zonas del estado para un día de fiesta. Es de medidas reglamentarias, cuenta con tribuna techada y alumbrado. Casi parece mágica en medio de un paisaje tan seco y desolador.

Por su parte Nelson Peña, Coordinador de Educación y Cultura municipal también se enorgullece de este escenario deportivo tan funcional.

Opinó también sobre los Coras:

En principio se dice satisfecho de que el equipo de fútbol profesional represente al estado y a la etnia Cora, pero igual se muestra en desacuerdo con el logo del escudo de Coras FC:

-Para mí es el escudo no es correcto pues presenta a un huichol y dice Coras.

Sabe en qué división juega el equipo pero reconoce que no ha ido al Estadio Cora. Develando sus simpatías me dice que desea asistir algún día cuando juegue contra Cruz Azul.

Igual que la mayoría de los encuestados recitó los mismos nombres de Misael, Marcelino, Ramón y Amaury Ponce.

-Y ese muchacho...Chato... ¿cómo se llama?.

-Jorge Chatón Enríquez.

-Ese, el Chatón.

-¿Te dice algo el nombre de Raúl Cora Isiordia?

-No... No lo ubico.

SERÍA MOTIVANTE

El joven funcionario y deportista considera que sería muy bueno que algún día los Coras fueran a la sierra a visitarlos, a entrenar y convivir con los residentes.

-Si eso pasara se avisaría a las comunidades y seguro que vendría a verlos mucha gente, nos dice, recordando que sólo recuerda la visita de un equipo de tercera división para jugar ahí un amistoso.

Está convencido de que esta visita motivaría mucho a los jóvenes, y se piensa que una gestión del gobernador del estado sería de gran ayuda para concretar ese acercamiento.

Y se nos terminó el tiempo, y otra vez a subirse al vetusto autobús en pleno hervor de las 16:00 horas. A cruzar de nueva cuenta la sierra imaginando aquellos días cuando la corona española con sus soldados y frailes eran repelidos una y otra vez por los Coras liderados por su caudillo, pontífice y rey Naye, Nayar o Nayarit, resistiéndose a la cristianización. Ese gran líder de elevada estatura que dominó un Señorío que desde la sierra llegaba hasta la costa.

Disfrutar la vista y estampas maravillosas de montañas que casi tocan el cielo envueltas en nubes, con bosques ricos en árboles como guásimas, mezquites, caoba, cedro, chicopazote, zalate e higueras, entre otras muchas variedades.

Imaginarme en esas montañas de aterradores acantilados los esfuerzos de los conquistadores que entraron por el lado de lo que hoy es Jalisco buscando someter a las tribus, empresa que les resultó larga y costosa en vidas, tachando el territorio de inaccesible.

Otra vez la admiración por los montes, cañones y su río benefactor. Un paisaje fantástico como el Tamoanchan Nahui, lugar de flores, fertilidad y vida según la religión cora, así como el abismo y su terrible plano inferior de niebla y lluvia, con el monstruo que devora a los muertos.

Al cruzar esa región de regreso a Tepic me lamento al pensar cuánto se ha perdido el equipo de fútbol al no visitar y hermanarse verdaderamente con la etnia que, para bien o para mal, representan en el balompié profesional mexicano.

De la identidad y motivación espiritual que han perdido al no voltear hacia nuestras raíces.

A la madre tierra.

PD.- Salas Bernáldez es miembro de la Asociación de Cronistas Deportivos de Nayarit (CRODENAY), organización que está a punto de cumplir 50 años de trabajo).