Numinor: Ya se contempla la operación de embriones mixtos de animales y humanos: pronto habrá clones

Ángel Agustín Almanza Aguilar

06 / Octubre / 2016

¿Se imagina usted a animales con cerebros humanos, o al revés, humanos con cerebros de animales –que ya los hay en algunas legislaturas, por lo cierto-? Pues resulta que hoy en día ya se usa una técnica en la industria biomédica, en lo que respecta al empleo de células humanos que son añadidas a animales. Al respecto, la Directora Adjunta de Ciencias Políticas de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, Carrie Wolinetz, dijo: Los investigadores han creado y utilizado modelos animales que contienen células humanas durante décadas para obtener información valiosa sobre la biología humana y el desarrollo de las enfermedades. Por ejemplo, las células tumorales humanas se cultivan rutinariamente en ratones para estudiar los procesos de enfermedad del cáncer y para evaluar posibles estrategias de tratamiento. Y es que tales institutos quieren levantar la prohibición de aplicar células humanas en animales, para financiar una investigación, pues piensan que esta medida podría dar lugar a importantes avances para la cura de diversas enfermedades, como el Alzheimer y el Parkinson, así como la utilización en el crecimiento de órganos necesarios para los trasplantes humanos.

Pero surgen las cuestiones éticas, al preguntarse algo complejo, como el ir más allá de lo aceptable posible en la sociedad, como el de alterar al cerebro de un animal con células humanas. Así, Stuart Newman, investigador del New York Medical College, externó lo siguiente: Digamos que tenemos cerdos con cerebros humanos, entonces se preguntarán por qué estamos haciendo experimentos con ellos Lo que sucedería si tuviéramos cuerpos humanos con cerebros animales es que entonces diríamos: bien, no son realmente humanos, podemos experimentar con ellos y extraer sus órganos Es un camino que no deberíamos seguir.

Robert Klitzman, Director del Programa de Bioética de la Universidad de Columbia cree que la posición del Instituto citado líneas atrás sería una positiva solución en la ayuda potencial para millones de personas enfermas, y un gran paso en la dirección correcta, empero, prudentemente, insta a la cautela de tales medidas y defiende que los expertos en ética deban estar en el comité de supervisión: Necesitamos –dice- ser prudenciales con las células cerebrales humanas. Lo que no queremos es un ratón o un chimpancé que de repente tengan cualidades parecidas a los humanos, porque moralmente crea una variedad de problemas. Ya continuaremos con este tema.