NAYARIT PLURAL: La eficacia, gobernabilidad y estabilidad, ausentes en gobiernos

Por Fernando Gutiérrez Meza

14 / Octubre / 2016

Este jueves se celebró en el aula magna de la biblioteca pública en la Universidad Autónoma de Nayarit, la conferencia denominada Cambio para Progresar, impartida por el estudioso e investigador José Alberto Aguilar Iñárritu, invitado del economista nayarita Manuel Pérez Cárdenas.

El conferencista habló de los gobiernos de las tres últimas décadas de México, la democracia y el desempeño de las instituciones y partidos políticos, y la actuación de la sociedad y sus obligaciones que han sido testigos de los supuestos cambios que en cada elección son proclamados.

La eficacia, es la razón de ser del Estado, para lograr objetivos prefijados en atención de los gobernados, lo mismo que legitimidad de buen gobierno para el interés personal, y estabilidad capacidad y mayor flexibilidad institucional, respecto a los cambios del entorno, puntos sobre los que giró la trascendente charla de interés dentro de una sociedad.

Cómo se articula, a partir de demandas sociales y respuesta, con gobernabilidad democrática, adecuada a las características, en que se incluyen acuerdos y desacuerdos de quienes deben participar con quién tiene el poder, que se olvida de ello, conducen las administraciones con amigos y compañeros de primaria, sin que sea necesario contar con capacidad en los cargos encomendados.

La sociedad mexicana sabe que no impera el orden de la ley, la gestión eficacia, equilibrios en los acuerdos y resultados; La corrupción es un problemas de gobernabilidad, el equilibrio dinámico entre las demandas de la sociedad, para comprender que la democracia sola no la da política de altura, se ocupa trabajar y convencer a los actores e instituciones involucradas, pero para resolver y solucionar.

Aguilar Iñárritu, explicó la importancia de los gobernantes de proponerse a alcanzar acuerdos básicos entre los grupos, iglesia, sectores políticos, organizaciones y una mayoría de ciudadanos, para en conjunto involucrarse en busca de resultados generales.

Se trata de un modelo o paradigma, el llevar esos acuerdos y tomar el carácter institucional, de ideas, valores, normas y prácticas de ciertas soluciones; ¿qué pasa en México? Desde 1982 se colapsó el régimen de la revolución éste se cayó, hay crisis fiscal ante la transición a la supuesta democracia y compensar la desconfianza irresuelta entre todos los actores participante, eso logró reglas de acceso al poder que garantizaron y que lograron que el voto contará y se contará.

Señala el conferencista que se avanzó en las reglas de acceso al poder pero poco o nada se hizo respecto de su imprescindible complemento, la creación de las nuevas reglas que garantizarán el ejercicio democrático del mismo, se va en retroceso al México de 1917 en que se crearon las bases para transformar al país, y eso comenzó con Fox, Calderón y Peña, al ser electos por minorías que apenas llegaron al 30 por ciento de los ciudadanos que los eligieron.

Se pretende mantener lo establecido, a pesar de una debilidad congénita, creció la democracia en materia de gobernabilidad, una propensión a revertir su legitimidad electoral y una acotada capacidad para instrumentar procesos de modernización nacional, por eso las reformas que no saben cómo estructurar.

Se concentraron en llegar al poder, y relativizaron su consecuencia obligada gobernar. El dinero se entronizó a reír del esfuerzo partidario, cuando trae se consigue el interés de llegar al poder, reino la mercadotecnia, como si elegimos jabones, o personas para seducir el estado de ánimo ciudadano.

Lo anterior, en agravio de contenidos ideológicos y programáticos del discurso partidarios, que fueron desplazados por el spot de 20 o 15 segundos de bailes o payasadas de nuevos políticos, huecos y sin capacidad e ideología más que llegar al poder a cualquier costo.

Todos observamos una caída constante en los parámetros de gobierno, compartida por todos los colores partidarios, con resultado creciente enojo de la gente y desencanto por la democracia, hay una baja innovación política, de plena dependencia de las fuerzas inerciales del sistema evidente y acumulación de déficit de gobernabilidad.

La sociedad es expectante, más bien pasiva con bajas expectativas, sobre la cabalgata electoral por y desde el poder, eso lo vive en cada proceso electoral como sucederá en el 2018.

En México se eligió acomodarse y montar la gobernabilidad sobre las inercias del pasado antes que transformar estructuralmente a la política mexicana con nuevas instituciones; Sin pacto de poder, se condena a la vida política de la nación a seguir despactada, tal y como ha estado desde el 82, grupos llegan al poder, sucedió con Fox, Calderón y ahora con Peña y las márgenes de maniobra se reforma no dan el resultado pretendido.

En 1824 se crea la primera república con Guadalupe Victoria, luego con don Benito Juárez y Porfirio Díaz que nos legó el Estado, en 1917 Obregón, Calles y Cárdenas con un régimen republicano y de compromiso social, se han logrado avances acotados pero importantes, como la elevación constitucional del gobierno de coalición que en 2018 entrarán en vigencia.

Se espera que las votaciones no lleguen al 20%, hay gobernadores, no tenemos república, no hay interés general, presidentes débiles, resultado a la nueva clase de gobernante, sin visión política para resolver y actuar en equipo con instituciones, grupos, partidos y organizaciones, no con sus cuatitos a amigos desempleados, aspectos que tienen a un país sin rumbo y con problemas económicos, políticos y de seguridad, ante la falta de eficacia, gobernabilidad y estabilidad.