Anciana da cátedra como testigo y policías se ponen de nervios

* Inicia segundo juicio oral en Nayarit, a propósito de homicidio a balazos registrado en el barrio Pueblo Nuevo, en Tuxpan; el imputado es Ramón Ángel, y la víctima Édgar Alberto

06 / Diciembre / 2016

Por Oscar Verdín Camacho

En el pasillo de las salas de juicios orales en Tepic coincidieron dos señoras, sin saludarse: una, de alrededor de 67 años, parecía rezar en voz baja. Aparentemente se trata de la mamá de Ramón Ángel, a quien se le imputa el homicidio de Édgar Alberto, ocurrido minutos antes de las ocho de la noche del 20 de enero reciente, en Tuxpan.

La señora se ayuda con un bastón para caminar. El rezo se produjo antes de iniciar el segundo juicio oral en el nuevo sistema de justicia penal.

La segunda señora, Herlinda, cerca de los 80 años, es suegra de Ramón Ángel y este lunes cinco dio cátedra de estabilidad: cero nervios al hablar ante un micrófono y dispuesta para contestar a todo.

Herlinda fue la primera de más de 20 testigos citados a comparecer ante el Tribunal de Enjuiciamiento, integrado por los jueces Rodrigo Benítez Pérez –presidente-, Antonio Enríquez Soto y César Armando Ramírez.

Representada por tres agentes ministeriales, una mujer y dos hombres, la Fiscalía General del Estado pretende acreditar que Ramón Ángel cometió homicidio calificado al disparar contra Édgar Alberto, en tanto que la defensa particular atribuye que los disparos se produjeron en un forcejeo y que su cliente únicamente salvó su vida y la de su familia.

Durante la audiencia fueron ventilados tres nombres de personas clave en los hechos, pero cuyo paradero se desconoce. El juez Benítez Pérez emitió inmediatos oficios a la policía estatal para que se aboque a su búsqueda y, de ser posible, los hagan comparecer.

Supuestamente los hechos fueron motivados porque Ramón Ángel prestó una esclava a otro individuo –uno de los aún no presentados-, pero como éste no se le regresaba tomó una motocicleta de aquel, motivando el altercado afuera de la casa del hoy detenido.

¡Ángel, déjalo, Ángel, déjalo! –aseguró la anciana haber escuchado en la calle del barrio Pueblo Nuevo.

Y luego oyó disparos.

Y minutos después más gritos: ¡sal hijo de tu puta madre!, ahora si, afuera de su casa, y disparos hacia ésta. Su hijo Marcelino le dijo que Ramón Ángel El Borrego había disparado, y que las amenazas eran contra Prisciliano, otro hijo de Herlinda.

Un agente ministerial preguntó a la señora si Ramón Ángel estaba en la sala y si podía señalarlo: si, aquí se encuentra, vestido de camisa cuadrada, señaló sin titubeos.

Dijo también que encontró seis balas en su casa y las entregó a la policía. En la audiencia le fue mostrado un sobre con proyectiles y aceptó que eran los mismos.

- ¿Cómo es Ángel?.

- Se cree muy prepotente, como que todas las puede; a mi hija siempre la golpeaba.

Posteriormente, ante el contra-interrogatorio de la defensa, la señora manifestó que nunca vio que Ramón Ángel golpeara a su hija, sino que lo sabía por versión de familiares.

A continuación, la defensa –el abogado provendría del estado de Jalisco- enfrentó un problema al intentar mostrar un documento a la testigo para acreditar una contradicción.

- Que primero siente las bases –pidió una agente ministerial-. El juez aceptó, pero era evidente que la defensa no podía llegar a ese escenario. Y entonces preguntó:

- ¿Le consta que El Borrego mató a una persona?.

- ¡Objeción!, esa información no fluyó de la testigo –reclamó la agente ministerial-.

La pregunta fue defendida y el tribunal la concedió válida:

- No, no me consta.

Más adelante, el defensor intentó evidenciar una contradicción pero nuevamente no pudo sentar las bases. Incluso, hubo un momento en que los jueces Rodrigo y Antonio frenaron al abogado para que no ventilara dato alguno si antes no sentaba las bases.

La anciana fue liberada como testigo por ambas partes. Antes de salir se le apercibió para que no hiciera comentarios sobre lo ahí ventilado: si, muy bien, con permiso.

Marcelino, hijo de Herlinda, contó en la audiencia que estaba junto al portón de la casa de su mamá cuando llegó El Borrego y realizó disparos –después de unas primeras detonaciones- y lanzó amenazas a su también cuñado Prisciliano: ¡sigues tú, hijo de tu perra madre!.

El defensor de Ramón Ángel intentó acreditar una contradicción, pretendiendo mostrar un documento a Marcelino –al parecer sobre una primera declaración-, pero no le fue aceptado porque no podía armar lo que llaman sentar las bases.

LOS POLICÍAS

Más adelante, ante el tercer testigo, el policía municipal Luis Enrique, el juez presidente nuevamente negó la posibilidad de que le fuera mostrado el informe policial homologado rendido como requería el defensor, por no llevarlo a cabo mediante la técnica adecuada.

Vengo de otro estado donde el litigio se maneja de otra forma, justificó el abogado.

Lo que sí motivó fue que el policía respondiera afirmativamente que dentro del área asegurada se encontraba una motocicleta, no recordó si la misma tenía sangre, y aceptó que quien les dijo que Ramón Ángel detonó el arma de fuego fue uno de los sujetos cuyo paradero se desconoce.

Durante la audiencia de este lunes quedó evidencia de que el 20 de enero el juicio oral representaba una novedad para todos, y posiblemente más para policías municipales.

En ese escenario se entiende que el policía municipal Pedro, aquella noche acompañante de Luis Enrique, sufriera durante la audiencia. Contó haber verificado que Édgar no contaba con signos vitales.

El asunto fue que, al ser cuestionado por la defensa, el policía respondió un creo que si, respecto a si una motocicleta en el lugar tenía sangre, más sin embargo, añadió, no, no la aseguré.

Luego respondió con un no, respecto a si él emitió un informe policial homologado.

- ¿Usted no lo generó, el informe?.

- Así es.

El policía Pedro ya era un mar de nervios.

Una agente ministerial solicitó interrogarlo de nuevo, pausadamente, como para tranquilizarlo.

- ¿Quién realizó el informe policial homologado?.

- Yo –respondió-.

Más adelante, la defensa volvió a preguntarle por el famoso informe:

- Sí lo hice –completó-.

La de malas para Pedro es que ninguna de las partes lo liberó como testigo. Deberá comparecer próximamente.

El segundo juicio oral penal en Nayarit continuará en el transcurso de la semana.