VISOR NAYARITA: Refinerías, la solución

Por: Lic. Francisco Pérez Gómez

10 / Enero / 2017

Antes de iniciar la presente columna, deseo dejar en claro que comparto el hartazgo social que vive el país, consecuencia de las malas decisiones que los gobiernos centrales han dictado al pueblo de México, no solo la administración actual, sino también las pasadas administraciones, porque sin duda tienen que ver con la actual situación que priva en el país. Pero, para emitir una mejor opinión, permítaseme comentar los distintos puntos de vista sobre este espinoso tema que tiene en caos al país.

En el debate de bajar o no el precio de las gasolinas surgen dos vertientes, la oficial y la ciudadana, que difieren por mucho en sus puntos de vista.

La versión oficial, nos dice que, los precios de las gasolinas se determinan por el mercado, no como antes que se determinaban con un subsidio. Anteriormente fue así y hubo un recorte a las finanzas públicas y que sus efectos solamente afectará a los que tienen automóviles, puesto que las personas que utilizan transporte público no pierden el subsidio, señalando que la liberalización de los hidrocarburos fue para proteger la economía de las familias.

Se añade que, un recorte a los impuestos significaría un recorte a las finanzas públicas, poniendo de ejemplo que en México se consumen 60 mil millones de combustible diarios, lo cual significa que cada peso que se reduzca significa 60 mil millones de pesos menos, lo que significa que el país se siga endeudando. Si no se hubiera dado el aumento de las gasolinas <se argumenta>, se tendría que recortar el gasto público en más de 200 mil millones de pesos en perjuicio de programas sociales prioritarios.

Siguiendo la versión oficialista, la Secretaria de Economía ha anunciado que las variaciones en los precios de los combustibles sean a la alza o a la baja, no tienen un efecto directo en los precios de los productos de la canasta básica, aduciendo que un aumento del 16.5% en el diesel no implica un incremento igual o mayor en el costo de un kilo de tortillas, huevo o un litro de leche, por lo que la PROFECO sancionará cualquier aumento arbitrario en los precios de los productos básicos.

La versión ciudadana es más drástica, porque es la que resiente la crisis que se enseñorea en las clases más vulnerables y desprotegidas del país, a quienes se les prometió que ya no habría más gasolinazos.

Al no fijarse un precio único, se deja desprotegido al consumidor, pues al no haber trato igualitario, los precios son desproporcionados e inequitativos, lo que está dando paso a la especulación y a la anarquía comercial, que no beneficia al consumidor ni al mercado libre de las gasolinas sino a unos cuantos gasolineros por sus relaciones con el poder. La sociedad resiente el denominado gasolinazo porque disminuye su poder adquisitivo por el alza de los productos de la canasta básica y demás productos y servicios, aun cuando se les informa que no hay razón para tales incrementos, lo que ha dado pie a las manifestaciones sociales y al vandalismo.

Otorgando el beneficio de la duda, diremos que la liberalización del mercado de las gasolinas es una medida adecuada, pero No era necesario aumentar los precios, lo conveniente hubiera sido dejar los precios sin incrementarlos, y a partir del precio máximo y de los precios internacionales ir aumentándolos, en México no se está acostumbrado a que se muevan los precios de la gasolina como en USA, pero si se les explica debidamente y se justifican los incrementos, podrán asimilarlos y acostumbrarse, como antaño, lo que no ocurrió.

Los políticos han dejado de nuevo solo a la figura presidencial, nadie hasta la fecha a excepción del Secretario de Hacienda, <porque es su responsabilidad>, ha dado la cara dejando en plena orfandad al ejecutivo federal, quien hasta ahora es blanco directo de todo el rencor social. Algunos expertos aducen que la solución está en la debida atención de las Refinerías existentes y la creación de otras para fabricar localmente las gasolinas y el gas, medidas que disminuiría los costos y abarataría los precios.

Por otro lado, aprovechando la convulsionada situación del país, surgen cascadas de pretensos que en su afán de gobernar, critican al gobierno de todos los males, sintiendo que ellos gobernarán mejor, criticando todo y estando a favor de nada, acuden presurosos a solicitar el apoyo de los partidos de oposición, creyendo ilusoriamente que ahí tienen oportunidades de sobresalir y de lograr sus intereses personales, craso error, se olvidan de que al interior de estos entes políticos existen grupos que cuidan que los advenedizos no tengan acceso, mucho menos se hagan de posiciones políticas que creen son de su propiedad por su militancia dentro de éstos.

Sin duda que son diversos y variados los tópicos y temas que habrán de atenderse en este 2017, que comienza, y espinosos los caminos para solventarlos, pero que por obligación unidos sociedad y gobierno tenemos la responsabilidad de resolverlos. Al tiempo

Esperemos y comentaremos...frago2009@hotmail.com