Fiscales y personal de salubridad detienen 5 mujeres en Santiago por prostitución ilegal

08 / Marzo / 2017

Por José María Castañeda

Santiago Ixcuintla.- Para nadie es un secreto que el bar La cabaña, es una cantina de mala muerte donde se dan cita mujeres que por unos cuantos pesos ejercen la prostitución sin tomar ningún control para evitar enfermedades venéreas.

En una ocasión mi hermano el menor -del cual no doy a conocer su nombre para proteger su identidad-, me dijo vía telefónica: Carnal hoy es día de mi santo, y te quiero invitar a pistear; no a los sitios que tu frecuentas, sino a las cantinas de mala muerte que hay en la ciudad, pago todo. Naturalmente que acepte su invitación, ya que mi hermano creo que jamás me había invitado. Quedamos de vernos a las 14 horas en el Chiquis Bar, cantina que se localiza a un costado del panteón sobre la carretera Santiago- Ibarra. Debo de admitir que siempre he sido de buen diente, por lo que tras acudir con las vendedoras de camarón del bordo de contención decidí comprar medio kilo de camarón, ya sin cascara, de con Mariana; asimismo compré dos bolsas de caracol, además de medio kilo de chicharrones, de los llamados duritos. Así comenzó el bacanal entre mi hermano y dos amigos más. Sin embargo, la verdad es que un verdadero enjambre de moscas, no nos permitían botanear, además de que existía el resabió de que las moscas eran panteoneras, por lo que le dije a mi hermano, sabes que, no me siento a gusto, ¿quieres que vayamos a otra cantina de mala muerte?, te invito a la Cabaña, donde tengo por lo menos 20 años que no voy.

Dicho lo anterior, nos salimos del lugar ante el descontento de la encargada, una señora entrada en años con toda la sintomática de la diabetes, quien al ver que nos íbamos le recitó un salmo de mentadas de madre a mi hermano, luego que este es llevado pero con ganas. Y pues así al paso de unos minutos llegamos a la Cabaña, donde al llegar nos recibió un aroma a miados, comparado con la fetidez de aquellos baños del Cine Ideal o del Cine alameda, para el caso era lo mismo. Ahí, de inmediato, nos abordó un joven de aproximadamente 26 años de edad, quien sin ningún miramiento nos dijo que si quería pasar un rato agradable con su chica que le pagara 200 pesos, quiero señalar que me quede de a seis, no alcanzando a creer lo que el chavo me decía, hasta que uno de los tantos amigos que tengo me dijo el chamaco ese vende a su novia, nada más que ocupas ponerte doble condón. Nunca he sido asiduo del sexo fácil, por lo que decline el ofrecimiento, al paso de algunos 15 minutos llegó otra joven, solo que esta solicitaba 100 pesos para comprar un ‘pase de coca’ –dijo-; pero tampoco hiso negocio, si le invitamos el pase que pedía pero sin compromiso de sostener relaciones sexuales. Luego vino otra más quien de plano nos dijo que ella hacia sexo oral por 150 pesos; luego vino una más y otra más, bueno, incluso una indígena nos ofreció su cuerpo a cambio de 50 pesos.

Debo de señalar que en nuestra estancia en el bar la Cabaña jamás llegó un fiscal que solicitara el tarjetón de salubridad. Y aquí me viene a la mente esos recuerdos ahora que por fin el cuerpo de fiscales y el personal de SaSan se dignaron a acudir al bar la Cabaña, donde implementando el reglamento detuvieron a 5 mujeres que ejercían la prostitución sin contar con el tarjetón de salubridad.