El caso Otilia: cuando la violencia familiar se anida

21 / Abril / 2017

Por Oscar Verdín Camacho

Otilia es una mujer de menos de 25 años. Delgada, no llega a los 50 kilos.

El 25 de agosto pasado y el domingo 16 de abril fue golpeada por su pareja Jesús Arcadio, pero todo hace suponer que entre ambas fechas existieron más agresiones. Y por supuesto violencia familiar antes de ese 25 de agosto, y no sólo física, sino verbal, ofensas que se escuchan en el barrio.

Otilia ya era madre de una niña, hoy de cuatro años, cuando se juntó con Jesús Arcadio, con quien tiene un hijo de un año.

Esta semana, Otilia se presentó dos veces a salas de juicio oral para estar presente en los expedientes que le siguen a Jesús Arcadio, pero con una intención extra: otorgarle el perdón y facilitar su libertad. No lo consiguió.

De hecho, una asesora de víctima indicó en la audiencia del miércoles la postura de Otilia, pero ya le había explicado que no procedía el perdón porque en la golpiza del 25 de agosto también resultó lesionada su pequeña hija, y porque el sujeto enfrenta un segundo proceso en este nuevo sistema de justicia penal. Esa situación fue robustecida minutos después por el juez oral Guillermo Romero Ríos.

En contra de Jesús Arcadio se dictó prisión preventiva –recluido en la penal de Tepic- mientras dura el juicio, por riesgo a que se de a la fuga o porque pueda continuar la violencia reiterada a su esposa.

Jesús Arcadio aceptó declarar sobre lo sucedido el 25 de agosto e intentó presentarse con arrepentimiento. Ella lo denunció ante un Ministerio Público, se separaron una semana y luego regresaron a estar juntos. Ni se enteraron que había sido girada una orden de aprehensión.

También dijo que quería a la niña como si fuera su hija y que jamás le haría daño. Soy el único sostén de esos niños () para mi es mi hija aunque no lleva mis apellidos.

Añadió que la menor fue lesionada durante el forcejeo, no porque él hubiera pretendido agredirla.

Buscando la posibilidad de una salida alterna en las próximas semanas, el sujeto solicitó que se le practique una valoración psicológica.

Por el contrario, Otilia se mantuvo callada. Sentada y de perfil, parecía una mujer de mayor edad y de estatura.

Al concluir la audiencia, una asesora de víctima la acompañó unos metros intentando animarla para que acepte recibir ayuda profesional, con psicólogos que la apoyen para que entienda su situación.

Minutos antes lo había explicado: quien sufre violencia familiar reiterada, le es difícil salir de ese círculo, por lo que las agresiones volverán a presentarse a pesar del supuesto arrepentimiento del golpeador.

Según se conoce, agentes ministeriales o asesoras de víctimas de violencia tienen la tarea de animar para que quienes la padecen reciban terapia profesional.

Por cierto, afuera de las salas orales permanecía la suegra de Otilia, esperándola y cuidando a su hijo de un año. Cuando Otilia lo cargó pareció verse más pequeña.

La aqueja una complicada situación económica.