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Numinor: La Inquisición Instrumento Nefasto Contra el Libre Pensamiento
¡Y, sin embargo se mueve! (Galileo)
Ángel Agustín Almanza Aguilar
28 / Septiembre / 2017
La mañana me encuentra leyendo un librito –regalado por mi gran amigo Toño Flores– cuyo tema es ‘Instrumentos de Tortura y de Pena Capital: La Inquisición’. Allí vemos a la ‘Dama de Hierro’, a la ‘Cuna de Judas’, al ‘Potro’, el ‘Aplastacabezas’, un desgarrador de senos, jaulas colgantes, collares de púas, la pera rectal o vaginal, la sierra, etc., etc. Todos ellos obra de psicópatas, de sádicos, de criminales, que actuaron a favor del poder, tanto eclesial como político, para deshacerse de sus enemigos, de supuestos herejes –por no pensar como ellos–, y para apoderarse de bienes y riquezas materiales: todo un operativo verdaderamente ‘satánico’ ¡en el meco centro de la fé cristiana!
Robert Held, el autor del libro citado escribe: la Iglesia Católica, primera fuente y principal sostenedora de la tortura en occidente, claro, en aquella Edad Media. Por su parte, en otro libro sobre nuestro tema (Ediciones Viman, 2008, México), leemos: Con el término ‘Inquisición’ se designa al conjunto de tribunales eclesiásticos que por expresa delegación papal tenía jurisdicción para juzgar el delito de herejía. Bien, ¿qué entender por esa palabra, qué significa? Pues sencillamente, ‘Opinión’, o, más bien, ‘Preferencia por una doctrina’; opinión diferente. No aceptar los dogmas de fé impuestos por el santísimo papado era motivo –en aquél entonces– de ser llevado a tales tribunales, ser torturado o torturada cruel e inhumanamente (había casos de aserramientos, de despellejamientos, de empalamientos, todo lo terroríficamente imaginable) con el fin de que aquellos seres se declararan culpables de lo que deseaban esos diabólicos monjes, como los llamados ‘perros’ (can) de Dios (Domine), es decir, los dominicanos, a los que se les encomendó tan nefasta y estúpida tarea.
Nuestra fuente continúa: La Inquisición fue una institución controvertida, de hecho los sigue siendo todavía; existiendo desde su creación quienes la han justificado y otros tantos que la reprueban. Debemos tener en cuenta la estrecha vinculación que a lo largo de la Edad Media existió entre los poderes civil y eclesiástico, donde la política y la religión no estuvieron debidamente delimitadas. Así, la unidad de la fé católica-papal era, en aquella vieja Europa, elemento integrador de la sociedad civil, luego entonces las herejías constituían de facto un grabe atentado de ‘Lesa Majestad’. Ser temido por hereje era ser contemplado como delincuente, comparable al que atentaba contra el rey y, por lo tanto, reo de muerte, de cruel muerte, tras juicios oscuros y conspiraciones.
Actualmente existen defensores de esa institución que disminuyen el negativo papel de la misma, conociendo su historia y las circunstancias que determinaron su existencia. Pero, ¿qué Papa la instituyó y quiénes más la toleraron?
En nuestra palestra, nuestro escenario, aparece Gregorio IX, cuando su lucha contra los albigenses (1229), pero también Inocencio III (s. XIII), después Paulo III –cuando el avance del protestantismo–. En nuestros días, ya sin la brutal acción, tenemos al llamado ‘Santo Oficio’, que el mismo Paulo III la reorganizó con éste nombre e hizo de ello un supremo tribunal católico, es decir, ‘universal’ (¿?), para la humanidad creyente en la dogmática iglesia. Al frente de ella estuvo el que fuera pontífice Benedicto XVI.
Por último, leemos sobre el estúpido juicio contra el gran Galileo Galilei, que se atrevió a contradecir a las ‘infalibles’ doctrinas vaticanas, al afirmar ¡Y sin embargo se mueve! (¡‘Eppur si Mouve’!) Ante Urbano VIII. La historia es muy conocida
Una digresión –para terminar– ¿De quién es propiedad el Colegio Rébsamen? Lo dejo de Tarea.