Morir con el traje de bomberos puesto

23 / Abril / 2018

Por Oscar Verdín Camacho

El grupo de elementos de Protección Civil y Bomberos, entre los que se encontraban los ahora occisos Diego Polanco Tejeda, Jorge Humberto Sandoval y Mario Valenzuela, inicialmente salieron a un servicio de incendio de pastizales, durante la tarde del jueves 19.

Ése fue el primer servicio de Jorge Humberto, quien anteriormente laboraba en la Secretaría de Obras Públicas en las cuadrillas que limpian canales, pero él quería ser bombero.

Cuando llegó al cuartel, uno de sus compañeros le habría dicho que fuera a su casa por cobijas, que seguramente las ocuparía en la noche. Sin embargo, prefirió acompañarlos al servicio en pastizales; después iría a su casa, pero jamás llegó.

Sin embargo, atendido el incendio, fue reportado otro, de una combi en la autopista Tepic-Matanchén, y dado que ese equipo de bomberos eran los más cercanos, decidieron acudir, aunque ya traían poca agua en la motobomba. Por ello, un segundo grupo de elementos salió en apoyo y fueron quienes, circulando atrás de una góndola, grabaron cuando el conductor de ésta evitó proyectarse contra vehículos particulares, invadió el carril contrario y se impactó contra la motobomba, proyectándola contra los bomberos que trabajaban.

Diego Polanco, estudiante de Seguridad Pública en la Universidad Tecnológica de Nayarit y quien cumplía su servicio en Protección Civil y Bomberos, murió en el lugar del accidente. Una foto de su cuerpo es especialmente dolorosa: tapado en la parte superior, se observan sus botas y el pantalón de bombero.

Mientras tanto, en dos carros particulares se realizó el trasladó a Tepic de Jorge Humberto Sandoval y Mario Valenzuela. En el trayecto, encontraron ambulancias y otro vehículo en que viajaba César Guzmán, encargado de Protección Civil. Ahí se enteró que Jorge Humberto ya había muerto: César se arrodilló y lloró, según muestra una fotografía captada por un reportero, y tuvo que ser animado para sobreponerse y continuar hasta el lugar del impacto. Mario Valenzuela -Mayito- murió horas más tarde en un hospital.

Sometido en el lugar, el conductor de la góndola fue entregado a policías, en tanto que un acompañante quedó prensado y fue rescatado por otro grupo de bomberos.

Al mediodía de este viernes, en el patio de Protección Civil se rindió homenaje de cuerpo presente a Jorge Humberto, con la presencia del gobernador Antonio Echevarría García y familiares del caído.

Echevarría entregó un casco de bombero a la esposa del finado. Indescriptibles las imágenes de la familia de Sandoval: lloraban, se abrazaban.

A la mención del nombre de los tres bomberos se contestó con un ¡presente!.

Para entonces, el cuerpo de Diego Polanco ya había sido llevado a su natal Zapotanito, municipio de Santa María del Oro.

A propósito del lugar del choque, cabe indicar que otro bombero se encontraba a bordo de la motobomba cuando una señora que viajaba en la combi siniestrada le pidió apoyo: quería recuperar una bolsa suya que estaba muy cerca del vehículo en llamas. El elemento descendió para atenderla y, segundos después, ocurrió el impacto. Los dos salvaron la vida.

Una situación determinante en lo sucedido es que no había policías cientos de metros antes, que pudieran controlar el tráfico de vehículos. De hecho, antes del impacto una camioneta cruzó por el lugar y alcanzó a pisar una manguera, por lo que la motobomba fue movida unos metros para cerrar la circulación. Nadie imaginaba entonces que una pesada góndola arribaría a exceso de velocidad.

Pareciera entonces que se juntaron una serie de circunstancias para que ocurriera la tragedia.

Quizás sería indebido echar culpas sobre lo sucedido, más allá del gondolero preso. Sin embargo, hay aspectos básicos que deben conocerse al interior de la institución, por ejemplo si el nuevo bombero había recibido la capacitación necesaria y ya podía participar en operativos.

Otra situación es que la imagen de César Guzmán arrodillado y llorando confirman la pregunta de muchos sobre el por qué se encuentra al frente de Protección Civil; es decir, se desplomó emocionalmente no al final del dispositivo, sino cuando la ayuda debía continuar y aún no llegaban al lugar del impacto. Antes que nadie, él debe analizar ese aspecto.

La muerte de los bomberos ha enlutado a la institución. A Nayarit.

Murieron con el traje de bomberos puesto.

Que descansen en paz.

* Esta información es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en www.relatosnayarit.com