NUMINOR: Adriana Macías, joven abogada, verdadero ejemplo de superación.

Por Agustín Almanza Aguilar

28 / Septiembre / 2018

Aprender a ver las cosas desde otro punto de vista es difícil paro doblemente gratificante, sirviendo de ejemplo y ayuda a otras y otros, sobre todo cuando se nace sin brazos Tener alguna discapacidad es una oportunidad que se tiene para demostrar que lo físico es temporal, ya que lo importante es la mente y el espíritu; cualquiera puede lograr sus sueños, expresa la joven abogada Adriana Macías, que tiene personalmente este caso.

Actualmente imparte conferencias de motivación personal y se le vé siempre sonriente y bien vestida, y está guapa; tiene 26 años: Lejos de acongojarme, doy gracias a Dios por permitirme valorar la vida de una manera especial, afirma.

Nací sin brazos, pero afortunadamente desde bebé comencé a hacer las cosas con los pies; agarraba el biberón y mis juguetes así. De este modo me fui haciendo independiente el problema fue enfrentarme al mundo y que me viera tal cual era, no fue sino hasta la adolescencia cuando experimenté la crisis de estar así, es la edad de querer amar con muchachos, de tener novio, y yo no tenía. Me dolió mucho. Me preguntaba: ¿por qué yo, si era buena? Lloré, grité, viví un tiempo de depresión, pero luego me dije: yá, ahora a lo que sigue. Comencé a ver todo lo bueno que tenía y que podía hacer; me dí cuenta, luego, de que casi lo hacía todo. Ella cree en Dios, y en que si no quiere nada se mueve, y hoy se mueve ella con fortaleza y sumo valor, valorando lo que se tiene, demostrando su lucha. Ella sola se maquilla, se arregla, se viste, se Ella sola; todo, todo, con los pies: Aunque hay algunas cosas en la que necesito ayuda, como el aseo del baño y abrocharme los pantalones ajustados, pero en esos casos mi mamá me ayuda. Ella no sólo es mi mano derecha, sino también mi izquierda, aclara.

Se le preguntó si, cuando estudiaba en la universidad, usaba faldas, pues muchos lo querían, e hizo observar que no, ¡Imagínate a la hora de contestar el celular! También habló sobre los pretendientes, algo difícil de asimilar pues a los 15 años quién me iba a querer así, incompleta, ya que todos los muchachos buscaban a la más perfecta y guapa. Tuvo un novio, revela, que le prometió matrimonio, pero antes de la fecha se rajó, como buen valiente Algo doloroso para ella, una ilusión rota, pero hoy en día tiene otro novio, y sigue soñando con casarse: sé que tendré una boda especial –dice con sus ojos llenos de luz– porque él me pondrá el anillo en el pié y veré cómo recibo las arras. ¡Me encantaría hacerlo!

Subraya que el muchacho no está discapacitado, y que comprende y acepta todo ello.

Ahora, como señalamos al comienzo, es una gran Conferencista de Superación Personal y esto es para que muchos y muchas no se quejen.