Orinado en los pantalones

FRANCISCO JAVIER NIEVES AGUILAR

27 / Noviembre / 2018

El pequeño Fabián entró en el salón de clase para hacer su examen final. Se encontraba muy nervioso por éste examen. Su angustia creció tanto que sin poderse controlar se orinó en sus pantalones. Miró hacia abajo y vio como algunas gotas caían suavemente al piso.

Para su sorpresa cuando levanta su vista y ve a su profesora nota que ella lo llama a su escritorio. ¿Cómo podría moverse sin dejar al descubierto su situación?

La profesora al notar que el niño estaba como paralizado y no iba hacia ella, lentamente se dirige al pupitre del niño. ¡Oh no!, piensa él. ¿Qué hacer? Seguro sus compañeros lo avergonzarían y se reirían de él.

En ese momento una niña compañera de clase se dirige hacia Fabiancito con un vaso de agua que supuestamente bebería, y al pasar frente a él se tropieza y derrama el agua sobre la ropa de Fabián, mojándolo totalmente.

La Maestra apresuradamente toma al niño y lo lleva al baño para ayudarlo a secarse su ropa; mientras Fabián, de ocho años, decía para sus adentros:

- ¡Gracias Dios!, ¡Gracias Dios!. Sí hay un Dios en el cielo. ¡Qué gran regalo me diste!

Para ocultar aún más lo que vivió le gritó a la niña:

- ¡Fíjate por dónde caminas!, ¡Idiota!

A la hora del recreo ningún compañerito se quiso acercar a esta niña. Quien se quedó llorando sola. Todos la miraban con menosprecio por haber mojado al compañero.

Cuando terminó la clase, la niña iba caminando solita hacia su casa, nadie quiso acompañarla. Entonces el pequeño Fabián se acercó y le preguntó:

- ¿De verdad te tropezaste?, ¿Fue un accidente?

Luego ella lo miró y le dijo:

- No; yo vi lo que te pasó, vi que te orinaste y la profesora iba hacia a ti, por eso corrí y tomé la pecera para hacer que me tropezaba, porque no quería que te avergonzaran.

Fabián se quedó estupefacto, sorprendido; más paralizado de lo que se sintió en clase.

Dios también muchas veces ha derramado un vaso sobre nosotros para protegerme. Muchas veces nos hemos orinado en los pantalones. Sin embargo, Él con amor y cariño ha creado una situación que de momento quizás no podamos entender, pero luego tenemos que agradecerle por haberme mojado con el vaso del amor.