Edición del Día
![](fotos/20240611.jpg)
Relacionadas
Encabeza Beatriz Estrada entrega del programa social Cuidando tu Bienestar en Amatlán
Reciben en sus hogares los apoyos y beneficios del Sistema DIF Nayarit
Camino libre a Guadalupe Ocotán en La Yesca: Navarro Quintero
El alcalde Manuel Salcedo se reúne con integrantes del C.E.A.
Pagó el Ayuntamiento de Acaponeta en tiempo y forma el aguinaldo
ICATEN Compostela certifica a sus instructores en competencia laboral
El amigo Layín festeja en grande el día del padre en San Blas
Mi compromiso es regresar a mi distrito con soluciones reales: Jasmin Bugarín
Sergio Solórzano, priísta de pura cepa
![](fotos/240611-g12.jpg)
11 / Junio / 2024
José María Castañeda .-
Un priista de pura cepa, que al igual que el desaparecido Fidel Baylón, dieron su vida por el partido tricolor, y este en cambio jamás les dio nada. Vaya, ni siquiera un mendigo puesto de barrendero, dijeron en su momento.
Sergio Solórzano militó toda su juventud y vejez tozudamente en el PRI, desde pegar pendones, repartir folletos y entregar invitaciones para mitines en momentos de elecciones, y jamás recibieron en reciprocidad algún cargo público.
Aquellos jóvenes, y aquí me refiero no solo a El Matón, como era popularmente conocido Sergio Solórzano, sino también al profesor de educación física e instructor de bandas de guerra, quien, corneta en ristre, dejaba escuchar su clarín no solo en desfiles cívicos, sino en eventos políticos. Lo único que lograban era las burlas de los mismos priistas, que se mofaban de ellos cuando Fidel, por su edad, no alcanzaba algunos agudos.
Lo mismo sucedía con El Matón, quien más de una vez se quejó con el reportero diciendo: ¿Cómo ve, mi Chema? 50 años sirviendo al partido y ni siquiera un mendigo puesto de barrendero hemos merecido. En cambio, otros que no tienen trabajo político han sido hasta en tres ocasiones regidores, y algunos sin siquiera haber terminado su periodo.
Un caso parecido tenemos en Lalo Ceceña, quien, siendo presidente del PRI, el entonces presidente municipal Hugo Ortega humilló a Ceceña Hernández al embargarlo y sacar todo el mobiliario de oficina del partido que tenía en la calle Zaragoza. Ingratitudes del sistema, que mientras a algunos los premian con infinidad de posiciones, a otros sencillamente los ignoran, como en el caso del que hacemos mención.