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Por Sergio Mejía Cano
27 / Agosto / 2025
En el portal de internet de periodicoralidades.com aparece el día de ayer, martes 26 de agosto, una nota firmada por la señora, Mildra Benítez Robledo, con el encabezado: Proponen 15 años de prisión a conductores ebrios en accidentes. Y, en el grueso de la nota añade que el diputado local, Luis Enrique Miramontes introdujo la propuesta a la Secretaría General del Congreso y que espera que sea respaldada por sus compañeros.
El diputado Miramontes propone que sean de seis a 15 años de prisión, en vez de como actualmente se establece: de tres a 12 años la penalidad para los delitos culposos cometidos bajo el influjo de bebidas embriagantes o algún otro tipo de droga, según lo establece el Código Penal, pues con este incremento en la penalidad se espera que disminuyan los accidentes viales que se generan bajo estados alterados o que al menos quienes los cometan paguen por esos accidentes con más años de prisión.
Reconoce también y lamenta el diputado, Luis Enrique Miramontes que, a últimas fechas se han suscitado varias muertes a causa de ciudadanos que en estado inconveniente manejan, afectando a las familias de las víctimas debido a imprudencias que pudieron haberse evitado.
En cierta forma tiene razón el diputado Miramontes, pues en la mayoría de los accidentes viales se ven involucradas personas bajo el influjo del alcohol y posiblemente de otras substancias que las alteran emocionalmente; sin embargo, también en cierta forma han tenido razón especialistas y analistas que señalan que, por más penalidades que se pongan a quienes delinquen de una u otra forma, delitos iguales o similares, así como accidentes viales se seguirán dando, aunque se llegara a establecer la cadena perpetua o la pena tan añorada por mentes perversas: la de muerte, pues está en la naturaleza humana, en una inmensa mayoría, infringir por lo regular toda clase de leyes, tal vez con la convicción de que esa inmensa mayoría piense que a ellas y ellos no les pasará nada igual, sin tomar en cuenta el viejo y conocido agravio: De esa agua no he de beber.
Así que en el entendido de se extienda la penalidad a más años de cárcel a quienes se vean involucrados en accidentes viales y más en donde haya víctimas fatales, tal vez no haya cárceles suficientes para albergar a tantos presos, pues como se dice líneas arriba, por más penalidades que haya para quienes manejan un vehículo automotriz en estado inconveniente, por desgracia siempre habrá quien conduzca en estado de ebriedad o con otro tipo de drogas en el interior de sus cuerpos.
Infortunadamente a una gran mayoría de mexicanas y mexicanos no nos llega la conciencia hasta que ya es demasiado tarde o también por el pensamiento juvenil cuando se quiere uno comer al mundo; aunque hay personas que esa conciencia sí les llega antes de que sea tarde, pero para una gran mayoría les llega después de algún suceso; y si bien hay personas que con una sola experiencia tienen para ya no volver a caer en el mismo error, también las hay que a pesar de que ya les llegó uno o dos avisos insisten en que nada les pasará porque sí saben cuidarse a sí mismas y a los demás. Nada más lejos de la realidad, pues está plenamente comprobado que hasta con una copa de vino o una cerveza se pueden perder los reflejos más óptimos para conducir un vehículo.
Cuántas veces n se han llegado a oír que a veces son las últimas para quien las pronuncia: yo así manejo mejor, ahí me voy despacito, estoy bien no pasa nada, a otros les pasó por tontos, etcétera, porque de que los hay, los hay, por lo que si hay gente que cumple con su palabra de ya no volverlo a ser, por lo regular el ímpetu juvenil y a otras personas ya no tan jóvenes físicamente se sienten intocables; pero sobre todo a la mayoría de los jóvenes debido a ese ímpetu que a muchos de ellos los hace creer supra humanos; sin embargo, en la mayoría de los accidentes viales ya sea con puros daños materiales o fatales, muchas de las veces son jóvenes de ambos sexos que en ocasiones no llegan a los 20 años de edad, que manejan imprudencialmente no nada más por la influencia de bebidas alcohólicas o de estupefacientes, sino por la influencia de sus papás o mamás.
Y a propósito de influencias, a veces también se han visto involucradas en accidentes viales personas que se dicen influyentes o ser hijos de influyentes o familiares de personajes políticos o empresariales y que posiblemente por lo mismo, se sientan omnipotentes e intocables, por lo que fluye la impunidad.
Sea pues. Vale.