CON PRECAUCIÓN: Un examen de conciencia

Por Sergio Mejía Cano

24 / Noviembre / 2015

No hay nada nuevo bajo el Sol, se ha dicho siempre con gran verdad, debido a que el ser humano es cíclico en su comportamiento. Casos y cosas van y vienen y desaparecen y vuelven a aparecer, y en ocasiones algo se olvida pero al rato resurge nuevamente. Algo se dice y no se cumple para después volverse a decir y no volverse a cumplir; y esto sobre todo, en voz de quienes se dicen políticos pero que no se precian de serlo a cabalidad, sino únicamente aprovechando la oportunidad que se les da en aras de su protagonismo y nada más.

Si alguien recuerda al señor Alejandro Galván Araiza, y si se fija bien más o menos en lo que él hizo durante mucho tiempo en afán protagónico para tratar de resaltar en los medios para que la gente lo empezara a ubicar como un posible contendiente para algún cargo de elección popular, y aunque se diga que las comparaciones son odiosas, pero aun así, si lo compara con el protagonismo que hoy en día está llevando a cabo el señor Carlos Saldate Castillón, se verá que este señor ahora denominado como delegado especial del PRI municipal, anda casi en los mismos pasos en los que anduvo en su tiempo Galván Araiza: tratar de darse a conocer entre la población diciendo esto y aquello, haciendo actos supuestamente benévolos con dádivas o favores de los que se dice, mucho no hizo cuando fue diputado local.

Y si bien el señor Saldate Castillón no anda haciendo exactamente lo mismo que Galván Araiza, sí se entiende que es algo muy similar, parecido, porque ambos saltan a la palestra mediática desde mucho tiempo antes de que sean tiempos electorales en la entidad; y aunque no lo parezca y se diga todo lo contrario, de bien a bien este protagonismo se podría considerar por una parte de la población como un acto de campaña anticipada, porque no hay necesidad por el momento de que hagan hasta lo imposible por aparecer en los medios impresos y electrónicos, pues falta mucho aún para que haya elecciones en Nayarit; claro que mucho tiempo para unos, pero poco para otros de acuerdo al estado de ánimo de cada quien de acuerdo a sus propios intereses.

A don Alejandro, la cruel realidad de su poco arraigo entre los nayaritas se la hizo ver el tiempo y obviamente el hecho de que realmente no les llenó el ojo a muchos ciudadanos como para considerarlo como un político de carrera, precisamente por haber surgido de la noche a la mañana como político sin ser político (exactamente como ahora el señor Saldate), sino que por pura suerte llegó de rebote y hasta fue premiado con una diputación local, pero hasta ahí, porque ya no pudo ir más allá, pero tal vez no porque no lo mereciera, sino porque no supo disciplinarse a las reglas no escritas en la política: saber tragar camote sin hacer gestos y aguantar vara para la próxima; pero se desesperó y posiblemente su misma soberbia no lo hizo comprender que su personalidad no cuajaba aún del todo, no entendió quizás que debió esperar otros tiempos mejores tras bambalinas para posteriormente ser beneficiado gracias a esa disciplina de saber esperar. Pero no, se creyó en los cuernos de la Luna sin meditar tal vez, si era o no el candidato idóneo que le decía su mente y a lo mejor sus aduladores, que nunca faltan por cierto, pero que la mayoría de las veces son los que llevan a una persona creída al voladero y por ende al ostracismo político. Sin embargo, podría no haber acabado la incipiente carrera política de Galván Araiza, quién quita y al tiempo resurja como el Ave Fénix.

Y a propósito de soberbia, el señor Saldate Castillón se habría de hacer primeramente un examen de conciencia y meditar a fondo sobre si todo lo que está haciendo hoy, como hablando sin ton ni son agarrando como costal de box al actual presidente municipal, y organizando eventos con claras muestras de proselitismo, de si le está dando buenos resultados. Porque es muy probable que le llegue a suceder algo muy parecido a Galván Araiza: que no prendió por más que se desgastó mediáticamente. ¿Sería capaz de que al mirarse en el espejo se dijera a sí mismo si tiene la capacidad de servicio, si en verdad es un político nato, de cepa, de esos dispuestos a sacrificarse por el bien del populacho, etcétera? O bien, que salga a la calle solo y que camine por todos lados para que compruebe por sí mismo si alguien lo conoce y saluda a pesar de tanto protagonismo que ha hecho últimamente. Esa sí que sería una prueba fehaciente de saber si ya es popular o no: andar por las calles de Tepic para ver cuántas personas lo saludan.