REDESCUBRIENDO: La Nueva Situación Familiar.

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

17 / Mayo / 2016

Desde hace algunas décadas, las familias en general, pero sobre todo las del mundo occidental, han experimentado profundos cambios, los cuales han despertado el interés científico de la mayoría de los profesionales que, desde los distintos ámbitos de las ciencias humanas y sociales, como la pedagogía, la psicología, la sociología, el trabajo social y el derecho, entre otros, han dedicado su tiempo y esfuerzo a estudiar e investigar lo que consideran un desafío intelectual de primer orden. Diversos autores contemplan algunos de los aspectos que se mencionan a continuación como las grandes transformaciones al interior de la famila, experimentadas en los últimos años:

1) Aumento de las tasas de divorcio

2) Aplazamiento considerable de la edad reproductiva, dado que las mujeres retrasan cada vez más la maternidad

3)Participación laboral de la mujer

4)Disminución de la nupcialidad, e incremento de otras formas de organización familiar

5)Menor número de hijos por unidad familiar

6)Mayor violencia intrafamiliar

Si bien no es posible generalizar estos fenómenos a toda la realidad familiar, sí podemos afirmar que, en general, se constata una disminución del tiempo real que los padres (o las personas significativas, como los abuelos, los hermanos, etc.) pasan con sus hijos. Hoy en día, en las sociedades altamente industrializadas, los niños se encuentran a la deriva, alejados y abandonados de la necesaria atención familiar. La mayor parte de ese tiempo es ocupado por la labor, aparentemente educativa, que desempeñan otras instituciones, como por ejemplo, la escuela, los centros deportivos y los medios de comunicación.

Por otro lado, la generalización de los medios de comunicación de masas en la sociedad ha permitido que éstos sean percibidos como elementos configurantes de nuestra realidad, formando parte de nuestro entorno más inmediato. La radio, la televisión, las tic’s, forman parte de la realidad doméstica. Esta generalización ha facilitado que los adultos vayan relegando determinadas funciones al televisor y las computadoras, de modo que éste se ha convertido en la niñera favorita de sus hijos. Desde muy temprana edad, los padres están habituando a los niños al contacto diario con estos medios. Ya durante su primer año de vida, la sala de estar es el espacio de la casa donde suelen pasar más tiempo los menores; inician sus juegos, realizan sus siestas y se alimentan viendo sus caricaturas favoritas, y el envolvente y tranquilizador sonido del televisor se vuelve un compañero casi constante. También los adultos nos sustraemos a menudo de la vida familiar, dejándonos llevar por las imágenes televisivas, en las que podemos encontrar de todo, menos a nosotros mismos. El tiempo y las relaciones interpersonales de los miembros de la familia están fuertemente delimitados por la programación de tv y ordenadores. Tanto los adultos como los más pequeños de la casa dedican gran parte de su tiempo libre a ‘conectarse’ a su programa preferido, e incluso se rehúsan en ocasiones a realizar otras actividades en común. El modelo familiar que se desprende de la tv y el internet corresponde a una realidad ficticia, ajena a la propia realidad familiar; determinan lo que es bueno o malo, organizan las relaciones sentimentales entre los miembros de la familia, influye en el orden y en la disciplina familiar, determinan lo que se debe respetar, desear o rechazar. Toda una escala de valores está fijada por sus distintos canales. En algunas situaciones, los padres ven neutralizada su labor educativa por los medios de comunicación, y se sienten impotentes para luchar contra los modelos que aparecen en ellos: consumismo, superficialidad, violencia. Hasta la próxima. Terapeuta Familiar y Conferencista. Consultas 311 136 89 86.